Cáceres basa su consumo energético en combustibles fósiles. Son muy potentes y fácilmente transportables, pero su combustión aumenta la proporción de gases de efecto invernadero, como el metano y el dioxido de carbono, y libera a la atmósfera elementos tóxicos, como arsénico y mercurio. Tampoco son renovables, se van agotando y ello afecta a su precio. Los productos petrolíferos y el gas natural, ambos de este tipo, suponen el 71% de la energía utilizada por los cacereños para su vida diaria (calefacciones, vehículos,...) y son los responsables del 64% de las emisiones contaminantes: 236.564 toneladas de CO2 al año.

Estos datos, correspondientes a 2017, aparecen recogidos en el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES) de Cáceres. Se trata de un extenso análisis elaborado a iniciativa del anterior equipo de Gobierno municipal, en colaboración con la Agencia Extremeña de la Energía y Disaim Ingeniería. Recoge un detallado informe sobre las emisiones contaminantes en el municipio (fuentes, sectores...) y los riesgos del cambio climático (olas de calor, sequías e incendios), así como las primeras 35 medidas a aplicar para frenar esta tendencia. El objetivo del PACES consiste en reducir en un 40% las emisiones de CO2 y de otros gases hasta 2030 en Cáceres, que se ha comprometido a ello sumándose en 2019 al Pacto de los Alcaldes sobre el Clima y la Energía.

AL DETALLE / Efectivamente hay trabajo por delante. El consumo energético en Cáceres está basado en la demanda principal de combustibles fósiles, que representan el 71% del total. Destacan los productos petrolíferos, que suponen un gasto anual de 819.656 kilovatios/hora (kWh), medida utilizada por el PACES para calcular las distintas fuentes en Cáceres. Dicho de otro modo, solo el petróleo representa el 63% del consumo total de energía, que se cifró en 1,3 millones de kWh en 2017.

También hay que tener en cuenta el otro combustible fósil, el gas natural, con 106.191 kWh anuales (8% del global). Al margen de ellos, Cáceres se abastece de electricidad, con 302.623 kWh, cifra que supone el 23% de la energía que necesitan los cacereños. Por último se sitúan las renovables, con 69.986 kWh al año, y que solo equivalen a un 5% del total.

Se observa por tanto una alta dependencia de los productos petrolíferos, causada por el parque automovilístico de Cáceres. Cabe destacar que solo el transporte es el culpable del 42% de las emisiones de CO2 en el municipio, con 166.000 toneladas lanzadas a la atmósfera cada año (una cifra que se mantiene prácticamente invariable desde el 2013).

Por su parte, el gas natural comenzó su introducción en Extremadura hace años y su consumo en Cáceres ya resulta muy superior a la media de la región, por su cercanía al gasoducto. Aun así, las cifras se mantienen por debajo del promedio nacional.

Finalmente, las energías renovables registran todavía una pequeña cuota de mercado del 5%, basada sobre todo en el uso térmico de la biomasa para calentar las viviendas (chimeneas, estufas de leña...), y en el pequeño aporte que comienzan a realizar el sector servicios y el sector industrial a estas energías limpias.

El informe también recoge la evolución del gasto energético en Cáceres entre 2013 y 2017. En general ha sido un periodo de recuperación económica que curiosamente no ha ido acompañado de un aumento significativo del consumo (solo 6.000 kWh más en cinco años). Esto permite deducir que no es que se haya frenado la actividad, sino que empiezan a dar sus frutos las medidas de eficiencia energética que están introduciendo los hogares y las empresas, según el informe PACES. Eso sí, el gas natural y el gasóleo, los más perjudiciales, siguen aumentando ligeramente su peso en el tejido energético de Cáceres, mientras que el resto de las fuentes se mantienen relativamente estables.

EL GASÓLEO MANDA / Una división por sectores resulta bastante clarificadora. Efectivamente, el transporte se lleva la mayor cuota en Cáceres (desplazamientos privados, por trabajo...), ya que acapara el 48% de todo el consumo energético. Además funciona casi al completo por combustibles fósiles. En concreto, el gasóleo es el ‘rey’ del depósito, ya que Cáceres consumió 52 millones de litros durante el año 2017, seguido de la gasolina, con 10 millones, y el gasóleo B, con 728.829 litros. En cambio, los coches eléctricos solo representan un consumo de 364.180 kWh al año.

Cabe destacar que el municipio, con 96.720 habitantes, tiene nada menos que 70.168 vehículos (una densidad de 0,73 por persona). La gran mayoría son de gasóleo (39.721), seguidos de lo de gasolina (30.405), pero apenas se contabilizan una veintena de eléctricos. De hecho, los primeros siguen aumentando (un 8,6% en el periodo 2013-2017), confirmando la tendencia general hacia estos motores, mientras que los de gasolina disminuyeron un 2,3% debido a la proliferación de los motores turbo diésel. Otro dato lo dice todo: el 80% del consumo energético del transporte cacereño se lo reparten turismos, camiones y furgonetas diésel, ya que sus motores de bajo consumo son los más utilizados por su ahorro, su precio y su buen rendimiento en comparación con los coches eléctricos.

En consecuencia, los productos petrolíferos siguen incrementando su peso en el transporte cacereño, con un alza del 5%, nada más y nada menos, en el quinquenio 2013-2017.

A continuación, el segundo sector que más energía consume en Cáceres es el residencial, es decir, las propias viviendas, con 320.369 kWh al año, un 25% del total de la energía que se gasta en la ciudad. Y ello pese a que ha sufrido un descenso del 9% en cinco años, que se explica sobre todo por la mayor eficiencia de los nuevos electrodomésticos, la mejora en la iluminación de los hogares (leed, sensores de presencia...), y en general la actitud más ahorrativa que parecen tener los ciudadanos. El gasto en calefacción también se va reducido, según el PACES, por la instalación de calderas cada vez más eficiente y la progresiva sustitución de productos petrolíferos por gas natural, más efectivo. Por tanto, los datos revelan una reducción en el consumo de los hogares, pasando de 352.781 kWh en 2013 a 320.369 kWh en 2017.

VIVIENDAS MUY ‘ENCHUFADAS’ / En cuanto a las fuentes utilizadas, las viviendas cacereñas consumen sobre todo electricidad, con 129.408 kWh en 2017 (un 40% de toda la energía usada). Le sigue el gas natural, que ya representa un 22% (70.619 kWh), y en tercer lugar se sitúan las energías renovables, con un 19% (59.788 kWh). También figuran los GLP o gases licuados del petróleo (15%) y el gasóleo C, que cae hasta un 4% en el uso residencial.

Como se aprecia, las casas cacereñas tienen una estructura muy dependiente de la energía eléctrica, y el gas natural ya alcanza un porcentaje considerable. Pero también es cierto que se trata del sector con mayor presencia de fuentes renovables debido al uso de la biomasa en estufas y chimeneas, fundamentalmente en los domicilios de tipo unifamiliar.

El informe PACES desvela que el consumo energético de los hogares del municipio cacereño está por debajo de la media española. Lo explica por el menor desarrollo económico de Extremadura, pero también por el clima, que motiva que la calefacción se conecte menos que en otras zonas del país.

En cuanto al sector terciario (comercial, turismo, administrativo, docente...), se considera fundamental en Cáceres debido a que la actividad económica de la ciudad se basa sobre todo en el mismo. Pese a ello, su gasto de energía anual, 199.204 kWh, se sitúa a años luz del transporte y también muy por debajo de sector residencial. Las actividades e instalaciones relacionadas con el sector terciario en Cáceres consumen sobre todo electricidad (71%), gas natural (18%), GLP (5%), Gasóleo C (4%) y en último lugar energías renovables, con solo un 2%.

Por tanto, la estructura energética de los servicios se basa casi en su totalidad en la electricidad para los usos de iluminación y climatización. Los porcentajes de consumo de gas natural, gasolina y GLP son ligeramente inferiores a la media nacional, motivados por el clima cálido de la geografía cacereña.

SERVICIOS MÁS ‘ECOLÓGICOS’ / El gran reto sigue siendo la baja implantación de las energías renovables en este sector terciario, tan importante y representativo en la ciudad. Existe mucho margen de mejora ya que cualquier subida de las energías limpias en los establecimientos turísticos, comerciales o docentes, entre otros, supondría una contribución muy testimonial al balance total energético del municipio.

Respecto al sector industrial (el informe incluye las actividades primarias agrícolas, ganaderas y extractivas), es el que menos gasto energético representa en Cáceres, lo que da idea de su desarrollo en el municipio. De los 150.618 kWh que consumen estos negocios al año, el 63% sigue procediendo del gasóleo B, y a continuación se sitúa la electricidad (20,5%), el GLP (8%), el gas natural (4,3%), y por último las renovables (4%).

No obstante, la industria usa un 4% más de energías limpias que los servicios, sobre todo en el aprovechamiento de residuos, en el uso de biomasa y en aplicaciones solares térmicas, algunas en explotaciones agroganaderas.