A continuación se reproducen algunas misivas enviadas a través de internet a la parroquia de Aldea Moret, escritas por las gentes de Chincha que forman parte del proyecto solidario que coordina la barriada cacereña. Fueron las primeras noticias que se recibieron tras el terremoto del 15 de agosto.

"La situación es crítica"

Carta de Marilin Caraza, responsable del departamento de becas y de los niños apadrinados por el proyecto cacereño:

"La situación es crítica. El terremoto de 7.8 grados duró casi cuatro minutos, fue espantoso, creíamos que el mundo se terminaba, pero gracias a Dios aquí seguimos. Algunos familiares nuestros están sin casa, como mi mamá y mis sobrinos, ya que muchas construcciones, como recordaréis, son de adobe, pero toda la familia está viviendo conmigo"."El colegio ha quedado afectado, tiene 42 años y está hecho de bloquetas. Han venido ingenieros para revisarlo y se tendrán que cambiar algunas paredes que están muy dañadas, muchas puertas descentradas, vidrios rotos, en fin, un desastre"."Muchos de nuestros niños becados que vivían en casas de adobe se han quedado sin techo. La vivienda de la directora se cayó y varios profesores se han quedado sin hogar. Las cosas son difíciles, pero tenemos fe, iremos superándolo. Gracias por sus oraciones, nosotros siempre les tenemos presentes. Un abrazo"."Bueno..., estoy viva"Carta de Fabiola, secretaria del colegio donde estudian los niños becados desde Cáceres.

"Hola amigos, disculpen que recién me comunique. Fue un caos, algo difícil de describir, fueron momentos terribles, ver que le tocaba a uno morir, porque fue lo que sentí no solo yo, sino cada persona con la que conversaba. Era el fin de mundo, tres minutos y medio que parecían una eternidad, era tal la furia del temblor que pensábamos en el modo en que uno iba a morir"."El terremoto lo pasé en la calle, ya que me iba a misa con mi mamá y dos tías. Nos abrazamos con fuerza para no caer y empezamos a rezar, gritando, pidiendo perdón, implorando clemencia, como mucha gente en sus casas, en las calles. Cuando pasó, fue un caos, todos corriendo, gritando, cayéndose, no había luz. Al ir a mi casa y verla caída lloré porque pensé lo peor, pero al ver a mi papá y a mi sobrinito vivos, todo cambió"."Dormimos en la calle tres noches, ya que los temblores duraron una semana. Lo peor vino al día siguiente del terremoto, era otro panorama, otra realidad, saber que mi casa era inhabitable, no lo acepté en un primer momento, pero el día viernes recién lo acepté porque se me caían las paredes. Saqué lo que pude para guardarlo en casa de mi hermano"."Ya vamos nuevamente al trabajo. Chincha no es la de antes, da miedo caminar por la calle porque hay muchos muros débiles. Muchos viven en carpas, hay montículos de tierra por todos lados. Pero bueno..., estoy viva. Ustedes me alientan y gracias a ustedes puedo ser valiente." ."Recen por todos"Carta de Santiago, párroco de la zona de origen español.

"Estoy bien, pero sufriendo con mi pueblo. Todas las casas de adobe están en el suelo y la gente vive en las calles. Hay 26 muertos en la parroquia y más de 200 heridos. He organizado a los laicos y con ellos hemos abierto 111 ollas comunes gracias a buenos amigos y Cáritas, que me están dando víveres, ropa, agua, velas, fósforos, etcétera. La gente tiene hambre. Estoy agradecido a tantos españoles que me están ayudando..."."El proyecto más inmediato es la comida, el abrigo y la construcción de letrinas, ya que el gobierno no llega a los rincones de la parroquia. Recen por mí y por todos, pero pidan que sepa luchar y aceptar los errores que como humano pueda tener. A los profesores y a muchos becados se les ha caído la casa, es muy difícil hacer ahora la lista ya que estamos recién recorriendo los barrios y además no puedo ni moverme de la casa porque todo el tiempo tengo que atender a los míos y a los de las otras parroquias. Pero estoy contento ya que esto lo elegí libremente, es mi vida. Chincha fue muy afectada, es terrible".