El caso del párroco de Arroyomolinos que fue detenido hace una semana por presuntos abusos sexuales a un menor se abrió por una pelea entre el propio cura y el joven que le denunció. Según recoge Extremadura Noticias, fue "esta agresión entre ambos" la que dio pie a las fuerzas de seguridad a iniciar una investigación que se saldó la semana pasada con el arresto del sacerdote. Ahora se encuentra en libertad provisional y suspendido de su cargo en la iglesia a la espera de que se resuelva la investigación que le imputa de un delito de presuntos abusos sexuales. También según recoge el informativo de Canal Extremadura, está imputado por otro delito, esta vez contra el patrimonio.

Fue un joven el que materializó la denuncia al cura de delitos sexuales. El escrito afirma en su denuncia que se produjeron cuando él era menor de edad y durante su estancia en Cáceres. Este diario se puso en contacto con el abogado encargado de su defensa, José Piñero, pero este rehusó hacer ninguna declaración al respecto. De momento, los responsables de instruir el caso que se encuentra bajo secreto de sumario en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 toman declaración a más testigos para esclarecer los hechos.

Cabe recordar que el párroco de Arroyomolinos fue detenido por efectivos de la Policía Nacional en la casa parroquial de Arroyomolinos, donde ejercía desde hace dos años-- el pasado viernes por abusar presuntamente de un menor. Cuando fue detenido el letrado José Piñero, adelantó que estaba acusado de un delito relacionado con menores, pero no precisó cual. Según publicó este diario, el sacerdote ronda los 45 años y nació en Ceclavín. En todo momento, el sacerdote ha negado los hechos y tanto fiscalía como la defensa pidieron que se le pusiera en libertad, propuesta que admitió a trámite el juez, que además no impuso fianza al acusado.

De acuerdo a la información que publicó este rotativo, el cura ejerció en Cáceres al menos tres años como vicario de pastoral de la parroquia San Pedro de Alcántara. Allí oficiaba misas de difuntos en el tanatorio. En esta parroquia, su cometido no estuvo relacionado con niños porque no fue responsable de la catequesis. Más tarde, hizo lo propio en la residencia Ciudad Jardín. La Diócesis no ocultó su "sorpresa" al enterarse de lo ocurrido y de manera inmediata apartó al sacerdote de su ministerio.