La Audiencia Provincial de Cáceres condena a cuatro años de prisión al acusado de provocar catorce incendios, once de ellos en la capital cacereña. Tras reconocer los hechos ayer llegó a un acuerdo de la pena a cumplir con el Ministerio Público y las acusaciones particulares (Junta de Extremadura y los ayuntamientos de Cáceres y Talaván). Los hechos se produjeron entre el 11 de julio y el 3 de agosto del año pasado, en un periodo declarado de peligro alto de incendios. Tras su detención se ordenó su ingreso en prisión, donde estuvo siete meses.

El acusado acudía siempre a bordo de su vehículo y prendía fuego con un mechero a parcelas cercanas a la carretera, con el objetivo de poder huir con más facilidad. Lo hacía en estado ebrio por lo que, según estiman todas las partes y reconocen los peritos, tenía mermadas sus capacidades volitivas. El primero de los incendios fue el 11 de julio, en el paraje El Ejido de Monroy, una zona cercana al municipio y a un parque periurbano. Afectó a una hectárea de terreno forestal consistente en matorral y monte bajo. Dos días después prendió fuego a dos terrenos en la capital cacereña: Primero en La Sierrilla, junto al depósito de agua (quemó encinas y alcornoques), y después en una zona contigua al AKI y Carrefour. En este último fue necesario declarar el nivel 1 de peligrosidad por su proximidad al barrio del Junquillo.

Horas después se dirigió a Talaván, donde incendió el paraje Dehesa Boyal, un terreno forestal con pasto, matorral y monte bajo y que forma parte de la Zona Zepa Riberos de Almonte. Ya de madrugada regresó a Cáceres, donde prendió fuego junto al parque empresarial Mejostilla. Las llamas no llegaron a extenderse porque fue detectado por los vigilantes de las parcelas que consiguieron extinguirlo.

Continuó el 21 de julio. Esta vez volvió a Talaván y provocó las llamas en el paraje El Camacho, afectando a 1,3 hectáreas de matorral y monte bajo de la Zona Zepa Riberos de Almonte. En el lugar la Guardia Civil encontró después botellas de cerveza que había consumido. Cogió su vehículo y regresó a Cáceres, donde prendió la vegetación del paraje La Centolla (matorral y monte bajo), declarada Zona Zepa. Luego viajó hasta Monroy donde incendió el paraje Parapuños y La Ventosilla.

El resto de los incendios los provocó en la capital cacereña. El 23 de julio quemó el paraje Palacio de los Puentes, en la EX 390. El 2 de agosto una parcela de la carretera de Torrejón el Rubio, junto a la depuradora de aguas residuales, y de nuevo un terreno en La Sierrilla. Este último se propagó hacia la carretera de Casar de Cáceres. Al día siguiente incendió la vegetación del paraje de Valdeflores, en la Sierra de la Mosca, y El Cuartillo, junto a la facultad de Veterinaria. Y por la noche de nuevo quemó el paraje Palacio de los Puentes, en los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes. Tras este último fue detenido por la Policía Local. Tras practicarle la prueba de alcoholemia arrojó una tasa de 0,70 miligramos de alcohol por litro de aire expirado.

El acusado deberá además pagar una multa de 45 euros y abonar más de 48.000 euros en indemnizaciones. Al Ayuntamiento de Cáceres le abonará 12.600 euros y 450 al de Talaván. Al Plan Infoex 33.604 euros, al servicio de bomberos 216 euros y 460 y 694 euros a los dueños de dos de las fincas que incendió.

Según su abogada, Laura Martín Mangas, en el momento de los hechos “tenía problemas de consumo de alcohol y estaba pasando una mala fase personal, familiar y económica”. En estos momentos, a pesar de que lleva una vida normalizada, está en tratamiento psicológico y para frenar el consumo de alcohol. Su defensa solicitará que no se ejecute la pena para que pueda eludir la prisión: “Se aprecia la atenuante de reparación del daño porque se ha satisfecho parte de la responsabilidad civil y el estar bajo los efectos del alcohol. Esto va a posibilitar poder solicitar una suspensión de la condena”, afirma.