A los hosteleros de la plaza Mayor no les salen las cuentas este verano. Se quejan de que la época que tradicionalmente es la mejor del año, ofrece datos equiparables a los meses más flojos, como febrero, y creen que la causa son las obras que se están llevando a cabo en la plaza y cuya segunda fase --la primera fue la retirada de la bandeja central-- terminará en octubre, con la remodelación del foro de los Balbos y la futura plaza de verano .

"Esto es para echar el cierre" lamentó ayer Inmaculada Arroyo, propietaria del mesón El Encinar. La afluencia de visitantes y el tirón de las terrazas de la plaza Mayor en verano le permiten acumular para resistir el invierno, "una época malísima para la plaza", aseguró. Pero este año deberá ser diferente y eso obliga a hacer ajustes, en primer lugar, de trabajadores. "Normalmente trabajamos 10 en estas fechas, ahora tengo a 5 empleados y hacen menos horas", explicó.

Al otro lado de la plaza, la situación no es mucho mejor para los hosteleros afectados por las obras. El Puchero cierra los domingos por la noche y lunes, y han quitado a 5 personas. Y unos metros más abajo, el propietario de El Pato, Emilio Rey, cifra en "un 20%" las pérdidas del último mes. "Ni las vistas ni las máquinas trabajando --el horario de verano de la construcción es de 07.00 a 15.00 horas-- invitan al turista a comer en la terraza", lamentó ayer, poco después de que le comunicaran que en septiembre las obras afectarán también a un tramo de General Ezponda junto a su establecimiento. "No sé si cuando todo esto acabe nos beneficiaremos, pero ahora me están destrozando", aseguró.

MEJORAS La reforma de la plaza Mayor es una de las grandes actuaciones del Plan Intramuros. La que ahora se acomete es la segunda de las tres fases previstas, termina en octubre y está destinada a la remodelación del foro de los Balbos (para hacerlo más accesible a través de rampas) y a la creación de una plaza de verano en la esquina de los soportales del sur de la plaza y el acceso a la Gran Vía, con suelo de terrizo y arbolado. Además, según explicó el arquitecto Antonino Antequera, autor del proyecto, "se está aprovechando para sustituir instalaciones como el saneamiento y la parte eléctrica del alumbrado público", con el fin de "adaptarlo a los usos futuros de la plaza", dijo.

Precisamente esos son los trabajos que ahora se están llevando a cabo: abrir algunas zanjas para sacar los tubos de hormigón y reemplazarlos por otros de pvc .

Antequera destacó que la intervención se está llevando a cabo de forma "tranquila", aunque "con las molestias lógicas" y afirmó que la gente "en general lo asume".

La última fase, la zona de los soportales y la parte baja de la plaza, se iniciará en octubre.