El centro de Cáceres vivió ayer un auténtico viaje al pasado sobre cuatro ruedas. El encuentro europeo de coches antiguos organizado por el Club de Automóviles Clásicos de Cañaveral permitió a decenas de cacereños admirar y fotografiar algunos modelos históricos de la automoción del siglo XX, hoy convertidos en apreciadas piezas de coleccionistas. El modelo más antiguo fue un Ford A de 1932.

La estrella volvió a ser el Seiscientos, el utilitario más común de mediados del siglo pasado entre la clase obrera española. En la muestra de ayer participaron 36, los hubo de todos los colores procedentes de diferentes puntos de España, como del club de Córdoba o Canena (Jaén), e incluso algún modelo tuneado de Caminomorisco valorado en más de 36.000 euros.

AUSENCIAS Faltó el primer Seiscientos que salió de la fábrica Seat y que tenía prevista su participación en el encuentro. Una avería, según explicó el presidente del club organizador, José Luis Iñigo, impidió que pudiera desplazarse hasta Cáceres. También se ausentó otro de los modelos anunciados, el coche de la serie americana Cosas de casa que protagonizaba el personaje Steve Hurkel, que tuvo que quedarse en Cañaveral por un percance similar, informó Iñigo.

A pesar de las ausencias, el número de participantes superó las previsiones de la organización, que expresó su satisfacción por la respuesta de los aficionados y amantes de estas joyas con cuatro ruedas, según valoró José Luis Iñigo, que atrajo a 310 personas.

Una camioneta Bedford inglesa de madera de 1939 de Plasencia fue uno de los atractivos indiscutibles de la exposición. Su propietario, Antonio García, pertenece a una familia de larga tradición en el coleccionismo de estos vehículos con 14. Este en concreto lo encontró Antonio García en el año 2000 en un desguace de Badajoz. Lo compró por 200.000 pesetas y hoy, tras dos años de arreglos hechos por él mismo sin modificar el modelo original, tiene ya un precio "incalculable", valora él, aunque podría rondar los 100.000 euros.

También participó un conocido coleccionista cacereño, Juan Narciso García-Plata, presidente de la Unión de Cofradías de Cáceres, con un R-8, uno de la veintena de coches antiguos que atesora. Otra cacereña, María Antonia Porcel mostró su despampanante Morgan verde del 72, traido hace un año directamente y rondando desde Hull (Gran Bretaña) donde aún se fabrica a mano. Su familia posee 19 coches y motos antiguos.

También causó sensación el Peugeot 203 de 1950 de Francisco Porras, un agricultor jubilado de Jarandilla de la Vera hoy amante y coleccionista de antigüedades, o los Citröen 2 CV, escarabajos, mercedes, minis, Simca 1200, entre otros, que completaron el catálogo de participantes. El encuentro apoyó la candidatura de Cáceres a capital cultural europea del 2016.