El chófer del crimen de Montesol, Rafael Sánchez García, ha muerto tras caer de un tercer piso mientras intentaba robar en un local de la calle Gómez Becerra. Ocurrió el pasado sábado al filo de las nueve de la noche. Accedió al portal número 2 de la calle, que se encontraba abierto, e intentó escalar hasta la tercera planta con el objetivo de entrar en una academia de inglés (en el edificio solo hay oficinas). Para subir se agarró a una tubería de la fachada, que no aguantó su peso y se rompió. El se precipitó al vacío.

Fue hallado por un empleado de una de las oficinas, que se encontraba esa noche adelantando trabajo. Escuchó agua correr, procedente de la tubería que se había roto, y se asomó a la ventana. Fue entonces cuando observó el cuerpo tendido en el suelo. Tenía un fuerte golpe en la cabeza, que fue lo que presuntamente le causó la muerte; aunque, según fuentes policiales, ayer aún no habían llegado los resultados de la autopsia realizada al cadáver. El trabajador llamó de inmediato a la policía. Los restos mortales del fallecido recibieron sepultura ayer por la mañana.

El hombre tenía 44 años y varios antecedentes por robo. Los agentes que se hicieron cargo del caso lo encontraron con guantes en las manos y junto a su cuerpo, herramientas con las que presuntamente quería cometer el robo. Ahora se investiga si estaba solo.

Se da la circunstancia de que hace unas semanas habían intentado robar también en otras oficinas de la misma calle, durante el fin de semana. La policía estudia si ambos casos están relacionados.

HACE OCHO AÑOS El fallecido, Rafael Sánchez García, ya fue noticia hace ocho años cuando fue detenido por la muerte de Juan Antonio Torrecillas y Mercedes García, el matrimonio asesinado en el barrio de Montesol el 22 de octubre del 2008. Rafael trabajaba para ellos como chófer y era el hombre de confianza de la pareja.

Llegó a entrar en prisión provisional por este caso al estar entre los principales sospechosos. Sin embargo después fue declarado inocente por el tribunal del jurado en la Audiencia Provincial. El juicio se celebró a finales de febrero del 2011.

El tribunal sí declaró culpable a Angela Aparecida da Cunha, que había dejado de trabajar como asistenta para el matrimonio días antes del asesinato. Fue condenada a 34 años de cárcel. Según la sentencia de la Audiencia Provincial el día del crimen ella había acudido a casa de la pareja a reclamarles el dinero que le adeudaban.

Por esta razón comenzó una discusión entre ellos en cuyo transcurso la condenada golpeó a Juan Antonio Torrecillas con un objeto que tenía entre las manos. El intentó protegerse, pero ella le dio un golpe fuerte en la cabeza que le fracturó el cráneo, lo que le provocó la muerte. Su mujer comenzó a gritar ante lo ocurrido, por lo que la acusada también le golpeó en la cabeza con el mismo objeto. Después cogió una navaja y se la clavó en el cuello, seccionándole la yugular.

Junto a la asistenta fueron juzgados también los dos conductores del matrimonio, uno el que acaba ahora de fallecer. Ambos estaban acusados por la acusación particular, no por el Ministerio Fiscal, pero los dos fueron declarados inocentes.