Los cacereños aprovechan las farolas y los semáforos de la ciudad para colocar sus reclamos publicitarios. Con la llegada de septiembre y la proximidad del comienzo del curso universitario, parte del mobiliario público se cubre de anuncios caseros en los que se ofrecen las más variadas mercancías y ofertas como el de la foto, en el que se señala la búsqueda de una camararera "estrovertida", con falta de ortografía incluida.