--¿Dónde estaba cuando se produjeron las explosiones?

--En el hotel, fueron las llamadas de la familia lo que nos alertó del tema. La explosión fue a las 4.10 horas de la maratón y yo cruce la meta una hora antes. De la zona nos iríamos como media hora antes y cuando llegamos al hotel ya no sentimos nada, aunque estaba relativamente cerca. Mi mujer iba de acompañante y se puso en las gradas de los espectadores para verme y hacerme fotos, justo en la acera de enfrente donde explotaron las bombas pero un poco más alejada.

--¿Qué hicieron al enterarse?

--Lo primero que hicimos fue tranquilizar a las familias para que supieran que no nos había pasado nada. Esa misma tarde, después de descansar de la maratón salimos a dar una vuelta. Había muy poca gente en la calle y muchos policías examinando las papeleras y patrullando. Acordonaron un montón de zonas. Incluso el miércoles pasado, que es el último día que estuvimos allí, subimos a un rascacielo y vimos calles desiertas. Todavía se veían bolsas de basura de la carrera porque se conoce que siguen analizando el terreno.

--¿Cómo se lo ha tomado?

--Yo lo siento sobre todo por las víctimas, porque todo ha sido lamentable y no hay palabras para describir una cosa así. Precisamente es un maratón en el que la población es muy protagonista, porque animan y se vuelcan con todos los corredores. Allí se lo toman como una fiesta más de la ciudad y no se puede uno hacer idea de la cantidad de policías que había, yo creo que la falta de seguridad no ha sido. En España esto nunca se espera, pero hemos apreciado que allí sí.

--¿Tiene algo de especial este maratón americano?

--El maratón de Boston tiene 27.000 corredores y es el más prestigioso del mundo para los entendidos, incluso que el de Nueva York, que tiene más participantes. Hay una criba muy grande para acceder a la maratón y aunque tengas la marca tienes que pagar una inscripción de 200 dólares. También se puede ir pagando a un operador tengas la marca que tengas, pero sale muchísimo más caro.

--¿Desde cuándo corre?

--Hace unos 20 años, pero participando en carreras populares diez, en los que he participado en 26 maratones. Soy un corredor popular, no de competición. Fuera de España he hecho bastantes, en 2011 estuve en el de Nueva York y también he estado en Berlín, Roma, Estocolmo, Budapest o Edimburgo.

--¿De qué manera se prepara para participar en las maratones?

--Mi trabajo de funcionario me hace estar sentado todo el día, pero tengo una rutina regular desde hace años de correr 4 días a la semana. Hago unas 3 maratones al año. Los que corremos a estos niveles populares, que estamos enganchados a las carreras no las podemos dejar, porque es como una droga.

--Después de lo que ha ocurrido, ¿seguirá corriendo?

--Hasta que pueda sí, porque correr te aporta un bienestar físico y psíquico, además de quitar tensiones y despejar la mente. Yo sólo espero que lo que ha pasado no retraiga a la gente de correr o seguir animando en las carreras.