Angel Valle, el inquilino que ahora ocupa la vivienda que se encuentra junto a la ermita del Amparo, reclama al obispado que no se la quite porque "la necesita". Hace unos días este diario publicó las denuncias de los vecinos de San Marquino por la suciedad acumulada en el exterior de la vivienda y la inquietud del obispado de Coria-Cáceres por recuperar esa vivienda para destinarla a usos sociales. De hecho ya está estudiando cómo rescatarla.

Angel Valle vive allí con su mujer y su hija de tres años, está en paro y asegura que si lo echan de allí no tendrá ningún lugar dónde vivir. "Solo mi mujer trabaja y vivimos con poco más de 300 euros. No tenemos dinero para comprarnos nada. En estos momentos nadie más que yo necesita quedarse con esta casa".

Valle es el nieto de la antigua inquilina y asegura que lleva viviendo en esa casa desde que nació, hace 38 años. "Mi abuela fue la que instaló la luz y el agua corriente en la casa. La mantuvo ella y yo quiero quedarme", insistió Angel Valle, que advirtió de que estaba dispuesto a ayudar al obispado con el mantenimiento de la ermita.

Por otro lado, la cofradía del Amparo aseguró que la denuncia de recuperar la casa procede exclusivamente del obispado porque ellos no tienen capacidad jurídica para llevarlo a cabo, según explicó el ex mayordomo, Juan Narciso García-Plata (el actual mayordomo de la hermandad es Juan Andrés Dorado).