Tras la charla en la que participó la semana pasada para informar sobre el tratamiento del Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), Javier García prepara ahora la acampada de Carnaval con la que llevará a una zona natural de Baños de Montemayor a un grupo de niños afectados por este transtorno neurológico. El psicólogo cambia la consulta por la tienda de campaña.

--¿Cual es el papel del psicólogo en el tratamiento de enfermedades cómo la Hiperactividad?

--Lo primero es ver los síntomas propios de la hiperactividad y de trastornos asociados, que pueden ser emocionales o de comportamiento. Son niños que por su experiencia, normalmente negativa, tienen la autoestima muy baja y tienen sentimientos de culpabilidad porque hacen las cosas mal.

--¿Y cómo se actúa con ellos?

--Intentamos explicarles qué es el trastorno, qué es lo que les pasa. Luego hay que llegar a acuerdos con ellos para cambiar la dinámica familiar y escolar. El resultado dependerá de la edad del niño y de los problemas asociados que traiga. En ocasiones vienen con seis años y en otras con 19 porque no hubo diagnóstico antes. En esos casos tratamos de ayudarles a mejorar en los estudios, que suelen abandonarlos.

--¿Hay diagnósticos tan tardíos?

--Lo normal es que no. Y es lo mejor, porque siendo niños pequeños evitará que el niño cargue con muchas frustraciones. Cuando es tardío, lo que logran son respuestas a muchas cosas que han hecho.

--Las logran ellos y los padres.

--Claro. Para ellos es fundamental tener toda la información posible sobre el trastorno, porque llegan con mucho miedo sobre cómo afrontarlo. Y con falsas creencias como que la hiperactividad es culpa de la educación que han dado los padres. Se tranquilizan al saber que es un niño normal que podrá llegar a ser lo que quiera ser, aunque en algunos casos le cueste más.

--¿Qué otros mitos prevalecen?

--Que estos niños son torpes, algo falso porque son tan inteligentes como cualquier otro niño; o que son niños agresivos. La sociedad aún les ve a través de leyendas urbanas.

--¿Una de ellas es también que los niños nerviosos son hiperactivos?

--Es que son más que niños nerviosos, no paran. Comienzan una actividad, lo dejan, inician otra, lo dejan(...) y así continuamente. Incluso cuando están sentados no paran de moverse. Tienen necesidad de hacer continuamente cosas y son impulsivos. Ni tienen paciencia. No pueden controlarse y dicen lo primero que les pasa por la cabeza. Y eso es lo que les lleva a cometer errores o a provocar problemas sin querer. Eso no le sucede a un niño simplemente nervioso.

--Y eso afecta a su entorno.

--Genera mucha tensión y desesperanza en los padres, y dudas en los profesores, que no saben cómo afrontarlo, aunque lo intenten.

--Algunos profesionales señalan que se puede prevenir este trastorno.

--Lo dudo, puesto que es una enfermedad con una importante carga genética. Hasta ahora no hay estudios que determinen que se puede prevenir la hiperactividad. Sí se puede ver el diagnóstico a edad temprana y prevenir los problemas asociados.

--Y otros consideran que la sociedad actual está creando niños hiperactivos

--No. Puede estar creando niños nerviosos por el ritmo de trabajo, pero no hiperactivos. No se aprende a ser hiperactivo.

--¿Qué otros problemas psicológicos está alimentando la sociedad actual?

--En los niños, los problemas de conducta y carencias emocionales, porque el ritmo de trabajo de los padres no les permite pasar mucho tiempo con ellos, y reaccionan ante la carencia afectiva. Aun así tampoco sé si la sociedad puede influir tanto.

--Ultimamente se habla también del incremento de la obesidad entre los menores. ¿Eso puede afectar en el incremento de problemas psicológicos.

--Claro, en cuanto a cómo asume el niño esa obesidad. Ahí sí entran en juego los padres y el ambiente que le rodea, en cuanto a que se prevenga esa situación.

--¿Cómo está psicológicamente la sociedad actual?

--(Risas) Siempre que las cosas van mal, las tensiones, el estrés y la depresión afloran más. Es normal que emocionalmente nos vengamos más abajo ahora.