Nació en Torrejoncillo en 1978, aunque lleva más de dos décadas en Cáceres, en donde se ha impregnado del Carnaval que ya le apasionaba desde pequeño. Este viernes, el actor, dj y cómico JC Corrales será el encargado de pronunciar el pregón, que tendrá lugar a las diez de la noche en la carpa instalada en la plaza Mayor. Divertido y vital, así explicó a El Periódico cómo se siente ante una noche en la que, seguro, no defraudará.

--¿Qué supone para usted ser pregonero del carnaval?

--Pues en un principio me lo tomé como si fuera un juego, porque me lo llevan proponiendo algunos amigos desde hace tiempo pero por temas de trabajo nunca podía. Pero de repente van pasando los días, te das cuenta de la responsabilidad que conlleva y te entra un poquito de miedo escénico. La gente siempre va a esperar que lances algún mensaje, que hagas algún guiño...

--En ese sentido, ¿qué tipo de pregón va a ser el suyo?

--Espero hacer algo cortito, por una cuestión de que la gente estará de pie y puede que haga frío. Meteré algo de humor, cantaré algo también y haré un par de guiños a la ciudad de Cáceres. Todo siguiendo un poco mi imagen de showman, como me conoce la gente. El carnaval viene de carne; yo creo que hay que hacer un discurso un poco frívolo y desenfadado.

--¿Cómo recuerda el carnaval de pequeño?

--Con mucho cariño. En casa, en Torrejoncillo, nos disfrazábamos con lo primero que encontrábamos. Había gente en mi pueblo que se hacía vestidos espectaculares, pero en mi familia nos sobraba con buscar ropa de los años 60 de mis padres, que era lo que nos poníamos de cualquier manera. Recuerdo una vez que me disfracé de militar con el traje de la mili de mi padre.

--¿Qué es lo que más le gusta del carnaval cacereño?

--Hace tiempo que llevo escuchando que el carnaval aquí no funciona, pero yo estoy viendo un resurgimiento de hace al menos dos años para acá. En parte gracias a esas nuevas generaciones que vienen detrás. A los que son padres ahora y vivieron el carnaval de pequeños, les apetece disfrazar a sus hijos y mantener las tradiciones. Por ejemplo el año pasado se apuntaron cerca de 700 personas al desfile y para este ya superan el millar.

--Dicen que a los cacereños no les gusta mucho esta fiesta...

--Yo creo que eso no es del todo así. La gente tiene muchas ganas de pasárselo bien después de haber pasado una crisis muy mala y a los cacereños, aunque digan que no, nos gusta mucho disfrazarnos.

--Entre los 80 y 90 fue la época dorada del carnaval. ¿Qué ha pasado?

--A mí me llama mucho la atención que toda esa gente que se disfrazaba entonces ahora son los que no lo hacen.

--¿Qué se podría hacer para que ganara en atractivo? ¿Debería volver el martes festivo?

--Desde luego, yo lo que nunca haría es tratar de copiar a ningún otro carnaval. Intentaría crear tendencia, hacer algo que fuera distinto. Aquí tenemos una cosa que funciona muy bien que es Horteralia, de la que podemos coger ideas, en Malpartida de Cáceres se hace el martes de la patatera, que es una iniciativa estupenda... Ganas hay, lo que falta es inventarse una idea original.

--¿Falta apoyo institucional?

--Un poco sí. Habría que tomárselo más en serio, ya que creo que es una fuente de ingresos para toda la ciudad.