El de Altas Capacidades (AACC) es un término difícil de definir --son muchos los conceptos utilizados que provocan confusión entre los docentes: superdotación, talentos...--, y se estima que alrededor del 60% de los alumnos con AACC fracasa en el actual sistema escolar. Por ello, en el colegio Las Josefinas están formando a sus profesores para atender adecuadamente a estos estudiantes siguiendo el proyecto de innovación educativa que está llevando a cabo la facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura (Uex) en colaboración con el colegio. Se trata de un proyecto pionero en la región que engloba a los 51 docentes y 791 alumnos del centro.

Este programa, que arrancó en septiembre y terminará a final del curso, al mismo tiempo que persigue identificar a los estudiantes con AACC busca modificar las actitudes que los docentes tienen hacia ellos para provocar una respuesta más positiva en los alumnos. Se divide en tres partes. Una primera fase --en la que se halla el centro actualmente-- corresponde a la formación del profesorado, de 12 horas de duración que corre a cargo de la psicóloga, orientadora y experta universitaria en AACC Carmen Gómez Labrador; la segunda incluye un screening (criba) para identificar a los alumnos que son susceptibles de tener AACC (se estima que entre el 2% y el 15%); y la tercera pretende dar una respuesta educativa adecuada además de ofrecer un programa de enriquecimiento extracurricular. Esto último, que es lo más novedoso que se pretende implantar el curso que viene y hasta el momento no se hace en la región, consiste en ofrecer clases en horas no lectivas a todos los niños del centro que lo deseen pero con diferentes niveles de dificultad, según sus capacidades. «Se conoce como el modelo de puerta giratoria de Renzulli, en el que habría alumnos en diferentes niveles. Por ejemplo, los del nivel 1 harían una visita al planetario, los del nivel 2 un trabajo sobre el sistema solar, y los del nivel 3 (alumnos con AACC) una investigación sobre el último telescopio de la NASA», explica Gómez Labrador, que recalca que «en Andalucía o Murcia es obligatorio hacer un screening cada principio de curso para detectar alumnos con AACC pero no en Extremadura».

Así, a la hora de intervenir con estos alumnos surgen una serie de complicaciones. «Hay dificultades para determinar qué es un alumno con AACC, ya que hay distintas terminologías, y no existe una normativa a nivel nacional dirigida a los docentes que homologue esta situación», descubre Gómez Labrador sobre este tipo de niños, que «aprenden más rápido que los demás, o de diferente forma, y necesitan una respuesta educativa diferente».

Esta respuesta se regula en la región a través del Decreto 228/2014 de la Junta de Extremadura, que incluye medidas de atención en distintos grados de significatividad. Ordinarias (adecuación de recursos y materiales, contenidos con distinto grado de dificultad...), extraordinarias (adaptaciones de ampliación de los objetivos y contenidos y/o enriquecimiento curricular) o excepcionales (anticipación del comienzo de la escolaridad obligatoria o la reducción de la duración de un nivel educativo). «Lo realmente necesario es normalizar la situación de estos alumnos en nuestros centros educativos», concluye Gómez Labrador.