Nos conocemos desde niños, en la escuela del Madruelo, que ahora llaman la Universidad del Madruelo. Yo vivía en la calle Caleros y él en el Hornillo. Desde mi operación de cáncer ha sido la persona que se ha preocupado constantemente por mi enfermedad. He seguido con las secuelas, pero él ha continuado llevándome a los médicos, cuidándome. Es un amigo de los de verdad, de los de toda la vida, que nunca te fallan. Una amistad verdadera.

Yo hago la compra, él hace la comida y me la trae a casa. Agradezco de corazón toda la preocupación que siente por mí. Acabo de pasar por una obstrucción de estómago con principio de peritonitis y quiero agradecerle su trato y comportamiento. Para mí, Rufino Jorna Bejarano es más que un hermano.

La autora es Maribel Corrales, conocida en Cáceres como ‘la camarera de La Madrila’.