La autorización de investigación concedida a la empresa que promueve la mina de litio en Valdeflores pone este expediente cerca del mismo punto en el que estaba en mayo de 2019. Es una buena noticia para Infinity Lithium, empresa alrededor de la que se está montando ahora este proyecto y que se irá dotando de capital en función de los pasos administrativos y las autorizaciones que se vayan consiguiendo para explotar la mina. La compañía logra un resultado después de que los anteriores permisos se anulasen y el procedimiento se retrotrajese. Hasta dos se tuvieron que reiniciar por defectos del procedimiento que estaba tramitando la Junta y tras las denuncias de colectivos y asociaciones contrarios a la iniciativa minera.

La autorización de investigación anunciada esta semana es la misma a la que ya se dio luz verde en mayo de 2017 y que unos meses después se anuló. Pero este permiso, aunque importante por lo que significa para el proyecto y su continuidad, es de menor importancia que la otra autorización que está todavía pendiente. Lo que se ha permitido esta semana es la investigación de los recursos mineros de 1.329 hectáreas. Pero en este espacio no está, pese a su extensión, el enclave exacto donde se proyecta la mina. El permiso de investigación para este último sitio sigue pendiente.

La novedad de esta semana es que el proyecto da un paso más, importante pero en nada decisivo ni definitivo. Ahora se tiene que dar la otra autorización, la que afecta al espacio de la mina. Es necesaria no por los resultados de la investigación, que la empresa ya los tiene porque contó con esta autorización desde octubre de 2016 hasta mayo de 2019, sino por seguir el camino elegido por la compañía minera para tener la autorización para excavar y extraer el litio de Valdeflores (y después procesarlo en una planta industrial que estaría cerca de la mina).

Primero es la autorización de investigación y con los resultados obtenidos se pide el permiso para la concesión de la explotación de los recursos mineros. La empresa eligió este camino. Pudo ir a una solicitud de concesión directa de la explotación, cuenta con un estudio de viabilidad para ello, pero optó por reiniciar el camino del permiso de investigación y luego la autorización de explotación de los recursos mineros.

La otra novedad es que la autorización de la Junta lleva esta vez un mensaje añadido muy importante. Le está diciendo a la empresa que puede investigar pero no puede excavar en las dos terceras partes del terreno, incluidas las zonas que circunda la mina, prohibición que también vale para el propio espacio de la mina al tener la misma protección. Esto es así porque lo impide el plan general de urbanismo de la ciudad.

Ahora eso a la empresa la da en cierto modo igual, hay otras técnicas para investigar que no conllevan recurrir a sondeos mecánicos ni actividades extractivas. Y los recursos que hay en el espacio donde se proyecta la mina los conoce, la investigación que hizo cuando el anterior permiso de investigación estaba vigente ya le sirvió para pedir la autorización de explotación que luego se anuló.

La cuestión, y esta es la clave, es si esa misma prohibición y el valor que se da al plan de urbanismo va a repetirse o no cuando se tenga que resolver sobre la concesión de explotación para la mina.