La gravedad de este tipo de delitos justifica por sí sola la intervención. Existe, además, la creencia generalizada de que los delincuentes sexuales presentan una casi segura probabilidad de reincidencia en este tipo de delitos. «Sin embargo la reincidencia oficial promedio de los delincuentes sexuales es de magnitud moderada, estimándose en torno a un 20% para periodos de seguimiento superiores a 10 años», indican desde instituciones penitenciarias. Los internos con peor pronóstico son aquellos agresores sistemáticos que no reciben tratamiento, con menor edad y con un inicio temprano de su carrera delictiva, añaden.

Según los últimos datos de prisiones solo el 2,8% de los presos por delitos de agresión sexual que realizó terapias de reconducción de conducta es reincidente. Las últimas estadísticas que existen son del año 2006, aunque en estos momentos están desarrollando un estudio más actual. Según estos datos la estadística sube hasta el 12,5% en el caso de los presos que no participaron en este tipo de tratamientos.

COMETEN OTROS DELITOS / No solo vuelven a delinquir con delitos de agresiones sexuales, sino que muchos, al salir de la cárcel, son detenidos por otro tipo de asuntos, como pueden ser robos. En este caso, el 11,9% de los que lleva a cabo estos cursos reincide; mientras que esta cifra asciende al 19,5% en el caso de los que no los hicieron. En estos momentos el Programa Contra la Agresión Sexual (PCAS) se desarrolla en 24 cárceles de España y cuenta con 230 internos.

«Los tratamientos que actualmente se aplican con los agresores sexuales se orientan a promover cambios significativos en sus valores, actitudes y comportamientos y se espera que puedan modificar y resolver aquellos déficits individuales y sociales que han incidido en sus relaciones personales y en sus delitos».

Las terapias se organizan en grupos de entre 10 y 12 personas, en sesiones de unas tres horas a la semana durante dos años (a veces año y medio). «Para que el programa se desarrolle adecuadamente y por tanto tenga éxito, es imprescindible que los internos reconozcan su responsabilidad delictiva. A menudo los delincuentes sexuales tienden a percibirse como personas normales. Minimizan la gravedad de la agresión cometida o incluso la niegan. De esta forma, niegan la necesidad de recibir un tratamiento específico, asumiendo que serán capaces de superar por sí mismos sus errores del pasado, que perciben además como ocasionales», añaden desde instituciones penitenciarias.

CONTENIDOS / En el programa se trata de facilitar al interno la asimilación de contenidos explicativos de la conducta violenta y de disminuir las resistencias hacia la aceptación de ese comportamiento. Además se analiza la propia conducta delictiva de cada interno y se entrenan habilidades dirigidas a la toma de control y prevención de posibles nuevos comportamientos sexuales inadecuados y violentos.