TLtos partidos tienen como objetivo alcanzar el gobierno para poner en práctica su programa. Mientras unos aspiran a las mayorías otros se contentan con ser bisagra, lo que les permitiría llevar a cabo algunas propuestas e influir en el gobierno. Pero hay alguna excepción. Izquierda Unida de Extremadura se encuentra con la situación soñada por cualquier partido minoritario, que le permite entrar en un gobierno y sin embargo ha elegido estar en la oposición. Para llegar a esta solución ha hecho una consulta a las bases, lo cual a unos les parece un avance democrático y a otros una manera sibilina de demagogia por lo de "no vinculante". Tampoco falta quien encuentra contradicciones en proclamar "programa, programa, programa" y pasarse por el forro el programa a las primeras de cambio. Y por si fuera poco los hay que prefieren que sigan en la oposición antes de repetir esperpentos con los que nos han abochornado en ocasiones en el ayuntamiento cacereño. A lo peor ahora los votantes se pensarán dos veces si merece la pena apoyar a alguien que no quiere gobernar. O sea, que prefiere que se ponga en práctica otro programa mientras el suyo sigue en el limbo. Y así la izquierda fetén entregó el poder a la derecha fetén.