Nos queda tu bondad, siempre inteligente y bueno, ¡siempre! Chiqui, pasa y pasará más tiempo y siempre nos quedaras tú, una bellísima persona, un amoroso padre, un buen hijo, y hermano, una… no tengo palabras para esto: Mi pareja amigos me dicen que brindan por ti, claro, aún estás entre ellos y, como me cuentan con orgullo, era todo un caballero. Y ahora no queremos tinieblas y lejanía, sino lucidez y clarividencia, eso es tu recuerdo, eso eres tú en nosotros.

Suele decirse tanto de quienes os dejan… pero ahora cuesta, apenas fluyen palabras y eso que ha pasado algo de tiempo, es más fácil que surjan gestos, emociones y sonrisas en el alma jugando, con ellos tres, de pequeños, ¡cuánto te gustaba! Y les gustaba, o cuando conducías, tu pasión. No había moto o coche que no nos emocionara con tus personales pericias, aunque sensato. Pues sí, eso queremos tener, tu valía, tu coherencia en la vida, tu saber estar, respeto hacia los demás, a veces hasta más que a ti mismo.

Aún nos hacen emocionar todos si comentan tu estilo educado y sensible, y tus hijos, además, tienen tu cálido orgullo de padre feliz, por sus peldaños conseguidos. Ellos y todos te tenemos dentro.Y, un día, como viviste, así fuiste hacia allí, queriendo pasar inadvertido, un abrazo de tiempo unió y separó un latido, y me recuerda Antonio Machado tu marcha, que desdoblo, del maestro, sus palabras: “de este olmo querido, y no tan viejo, que se nos alejó, casi callado, con las lluvias de abril, y el sol de mayo ¿tu sueño encontraste? Quién sabe si despertó. Cuatro besos te llevaste. Y uno tuyo aquí quedó, para siempre. H

POR PRISCILA N. M.