El objetivo del ayuntamiento es reducir la presencia de vehículos en el centro de la ciudad, de ahí que se haya decidido peatonalizar varias vías de la capital. El proyecto se inició en la anterior legislatura y comenzó con el cierre al tráfico de la calle San Pedro de Alcántara. Por esta arteria comercial no pasan coches desde marzo del año 2015, salvo los vehículos que se encuentran aparacados en los garajes de los edificios. La obra costó 635.375 euros aportados por el gobierno regional, entonces presidido por José Antonio Monago (PP).

La actuación generó un aluvión de quejas de los comerciantes por la incomodidad de las obras, aunque lo cierto es que después los empresarios han mostrado su satisfacción por el resultado. Cambió por completo su imagen, eliminando el bulevar central, la calzada que permitía el tráfico en ambos sentidos, y la acera. Ha pasado a tener ahora una plataforma única de cuatro metros de ancho y dos aceras de seis metros. Más pequeña en dimensiones, pero parecida será la imagen que tendrá Gómez Becerra una vez que se peatonalice.

Tras San Pedro de Alcántara vino el cierre al tráfico del eje comprendido por las calles Obispo Segura Sáez, Clemente Sánchez Ramos y Obispo Ciriaco Benavente, cuyas obras se ejecutan en estos momentos (comenzaron el pasado mes de noviembre y el plazo de ejecución es de seis meses). Suprimir definitivamente el paso de coches en esta zona le costará al ayuntamiento 277.000 euros.

Una vez que finalice la actuación se habrán peatonalizado 30.000 metros cuadrados más en la zona centro de la capital cacereña. Con el cierre al tráfico no se permitirá el acceso de vehículos en la manzana entre avenida de España, San Pedro de Alcántara, Virgen de Guadalupe y Primo de Rivera. ¿El siguiente paso? Gómez Becerra.