Los vecinos de Nidos ya no saben cómo pedir que se reponga el pivote móvil de entrada a esta calle peatonal, arrancado por un camión hace meses. Desde entonces son continuos los vehículos que acceden a la misma, y además lo hacen por dirección prohibida a fin de transitar directamente desde la plaza de la Audiencia hasta Sancti Spíritus y enfilar por Margallo. Esta infracción supone un peligro para el medio centenar de vecinos, puesto que se trata de una vía muy estrecha, sin aceras, frecuentada por niños y mayores, pero también por turistas que van y vienen con sus maletas a los alojamientos del entorno.

Lo único que han conseguido los vecinos en este tiempo es que el ayuntamiento cacereño «eche un pegote de cemento al agujero dónde estaba el pivote», lamenta Jesús, que lleva 25 años residiendo en la zona. El consistorio se comprometió este verano a reponerlo en cuanto fuera posible, pero el vecindario afirma que la espera dura ya muchos meses y que no parece que vaya a haber una solución. Mientras tanto «se producen situaciones no solo de riesgo, sino de confrontación, porque cuando recriminamos a los conductores que van por dirección prohibida, algunos se encaran con nosotros», indica Rosa, otra residente nacida en esta misma calle.

Además, la placa de dirección prohibida situada junto al palacio de la Audiencia pasa desapercibida para muchos conductores porque está ubicada algunos metros antes de Nidos, y parece que hace referencia a la propia Audiencia, de modo que entran en la calle por error «y en estos casos a veces piden disculpas». Los vecinos también han solicitado en reiteradas ocasiones el traslado de dicha señal, de momento sin respuesta. «No puede ser que una calle que lleva una década siendo peatonal, deje de serlo de un día para otro, y no se subsane», insisten.

PAVIMENTO EN MAL ESTADO / Los residentes tienen otras demandas acumuladas, entre ellas el empedrado de la calle, que presenta ciertas zonas con desniveles y socavones donde ya se han caído algunas personas mayores. También piden que se realice una limpieza periódica en la calle de San Benito, junto a la Audiencia, puesto que, al estar vallada, habitualmente hay palomas y otros animales muertos, acumula suciedad y se convierte en un foco de infecciones. Los vecinos tienen que telefonear cada vez que la situación se agrava y no siempre logran una respuesta rápida.

Además, los residentes llaman la atención sobre las botellas y otros restos que aparecen con frecuencia en el jardín de la Audiencia, y lamenta la actitud «incívica» que genera estas situaciones.