Se negó a pagar la consumición de un bar por lo que la camarera llamó al propietario del establecimiento, que se personó. Le invitó a que se marchara del local pero se negó y le golpeó con un bastón que llevaba. Ante esta situación llamó a la Policía Nacional que ordenó en varias ocasiones al acusado que no volviera a acceder al local, pero se puso agresivo por lo que los agentes procedieron a su dentención. Ha sido condenado a tres meses de prisión por un delito de desobediencia.