En apenas 15 días la protectora de animales tendrá que despedirse de la perrera municipal y de los cerca de 90 perros y gatos que en estos momentos acoge. Tras casi 12 años al frente de su gestión, el próximo 1 de enero tendrán que dejarla al haber decidido el ayuntamiento encomendarle esta tarea a la Facultad de Veterinaria, una noticia que ayer suscitó opiniones dispares, desde los que la aplauden, por estimar que supondrá un ahorro a las arcas municipales, a quienes la critican, por considerar que perjudicará al servicio.

Entre estos últimos se encuentra la propia protectora, que ayer mismo solicitaba "encarecidamente" a los responsables municipales que cambien su intención, al tiempo que anunciaba la convocatoria, el 31 a las 12.00 horas, de una manifestación "en protesta por la cesión de este servicio municipal a una entidad diferente a una asociación protectora de animales legalmente constituida".

En febrero se cumplirían 12 años de la firma del primer convenio de la protectora, que cuando se hizo cargo de la perrera, recordaba ayer a este diario su presidenta, Juana García, tenía un solo trabajador en jornada de lunes a viernes. Pero desde el último convenio, añadió, "contamos con cinco, uno a jornada completa y cuatro a media jornada, con los que se cubren los 365 días del año", a los que se unen "muchos voluntarios que acuden a diario a ayudar con los animales".

Precisamente el futuro de estos es lo que más preocupa tanto a la protectora como a los trabajadores de la perrera, "pues los queremos como si fueran nuestros y no sabemos qué va a ser de ellos", comentaban Marta e Inés, que empezaron en la perrera hace años como voluntarias y ya llevan trabajando en ella 1 año la primera y 10 meses la segunda. Ellas, como también sus otros tres compañeros, ya han recibido las cartas de despido, y ahora se preguntan quién se va a hacer cargo de todo, de limpiar las instalaciones, dar de comer a los animales, sacarles a pasear, atender a los que acuden para adoptar...

Tampoco la protectora lo sabe, pues según señaló su presidenta, visiblemente dolida y crítica, "nadie del ayuntamiento se ha puesto en contacto con nosotros, que nos hemos enterado por la prensa de que el ayuntamiento nos echa" y, por tanto, desconocen los términos del convenio que se va a firmar con Veterinaria. "No sabemos absolutamente nada, pero nos preocupa que se deje de prestar la asistencia los 365 días al año, o que esto se convierta en un matadero de animales porque se adopte la práctica de eutanasiar automáticamente si a los 20 días de entrar un animal nadie lo reclame".

Y prácticamente nada ha desvelado al respecto el ayuntamiento, pues lo único que indicó ayer el portavoz del equipo de Gobierno, Valentín Pacheco, es que todo "se va a tratar en estos días". Lo que sí quiso hacer constar Pacheco es que esta situación "la ha causado la protectora", el ayuntamiento, hizo constar, "no ha tomado ninguna medida para apartar a la protectora de este servicio, ha sido ella la que ha decidido denunciar el convenio, que estábamos dispuestos a mantener sin problema".

Pero la protectora discrepa, pues según aclaró su presidenta, si han denunciado el convenio "es porque ningún responsable municipal se ha dignado responder a nuestras peticiones de tratar el tema, y estando el 1 de enero a la vuelta de la esquina hemos tenido que hacerlo, pues a partir de ese día seríamos ilegales en instalaciones que no son nuestras".

Y también quiso puntualizar Juana García, "ante ciertos rumores de que la protectora lo que no quiere es que se le controle el dinero", que salvo los cinco trabajadores "nadie cobra absolutamente nada", y sin embargo, añadió, "las cuotas de nuestros socios y las donaciones son una parte muy importante en el mantenimiento de estas instalaciones".