Los ecologistas han mostrado su apoyo a Arropé como lugar para albergar el centro budista de Cáceres, aunque con sus matizaciones. Las ha realizado la Asociación Amigos de la Ribera del Marco al pedirle al alcalde, Luis Salaya, que conserve como público de libre acceso el camino que sube al mirador donde los proyectos europeos construyeron un observatorio de aves, «pues somos muchos los cacereños que visitamos este paraje andando corriendo o bicicleta», remarca el colectivo ecologista.

Los primeros en reaccionar fueron los miembros de la Asociación Ecologista Adenex.Una vez conocida la elección, el colectivo constató que es una zona de escaso valor natural, bastante degradada por la existencia de dos canteras en sus proximidades, la ocupación del suelo de la finca mayoritariamente por una plantación de eucaliptos y la existencia en los alrededores de zonas parceladas y construidas con edificaciones de segundas residencias.

La zona está clasificada en el PGM como Suelo No Urbanizable de Especial Protección Masas Forestales y está dentro de la ZEPA Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes en una zona clasificada como de Zona de Uso Compatible que puede permitir la utilización de este tipo de actividad, tras su correspondiente Evaluación de Impacto Ambiental.

Eso sí, Adenex confió «que si el proyecto sale adelante sirva para aplicar una restauración ambiental de la zona, y que en ningún caso sea la justificación para permitir otras actividades de mayor impacto o la proliferación de otras construcciones que pueden afectar a las zonas protegidas cercanas».

En el caso de los Amigos de la Ribera del Marco, estos consideran que el proyecto de hermanamiento con Lumbini aprobado por el pleno del pasado lunes «no nos saldrá gratis como ha declarado Salaya». Ante esas manifestaciones que realizó el domingo a este diario el alcalde sobre la gratuidad para las arcas municipales de un proyecto cifrado en una inversión privada de 40 millones de euros, el colectivo estima que «Nepal se encuentra entre los países más pobres del mundo, y con una economía muy interdependiente del turismo y la agricultura, muy afectado por las repercusiones económicas de la pandemia». Añade que «le faltan hospitales, colegios e infraestructuras básicas» y considera que, «por justicia a este hermanamiento, Cáceres tendrá que financiar algún proyecto de cooperación, pues la falta de centros médicos y hospitales en Lumbini es notable para una población de mas de 10 millones de habitantes».

Ribera del Marco pide a Salaya que apoye pequeños proyectos de la economía local como el del Bosque Solidario Cacereño Covid 19, promovido por la asociación, que pretende salvar el impacto medio ambiental de la ronda sureste, que «pone en peligro el paisaje de la Ribera del Marco». Los ecologístas pedirán una reunión con el mandatario municipal.