Las primeras actuaciones judiciales sobre los ruidos en nuestra ciudad se han saldado con penas de cárcel y económicas, unas consecuencias que todos hubiéramos deseado que no se produjeran ¿Era necesario haber llegado a esta dolorosa situación? Dado el curso de los acontecimientos ha sido inevitable.

Se concedieron licencias de apertura sin tener debidamente insonorizados los locales e incluso se abrieron establecimientos sin la correcta licencia, se ignoraron las primeras denuncias ante la Policía Municipal, se traspapelaron algunas, no se midieron los ruidos unas veces porque no se encontraba el sonómetro y otras porque estaba estropeado, se amplió la zona sobresaturada escandalosamente...

No sé si son todos los que están pero es obvio que no están todos los que son responsables. Muchos vecinos de la Madrila hemos bajado a los bares a suplicar a las tres de la madrugada que bajaran la música, hemos relatado nuestro calvario a decenas de concejales y varios alcaldes, la situación era conocida en toda la ciudad, pero nadie movió un dedo en la dirección correcta. Dado que era un clamor popular, que las quejas de los vecinos estaban casi diariamente en los medios de comunicación y que se trataba de un tema de salud pública me pregunto si no hubiera sido adecuado que algún fiscal debiera haber actuado de oficio. Desde hace unas semanas circula una plataforma titulada ‘Yo también hice ruido en la Madrila’.

Los firmantes ¿se sienten orgullosos de haber tenido sin dormir a decenas de ciudadanos a causa de sus excesos en los legítimos ratos de ocio? ¿Se solidarizan con los condenados y están dispuestos a compartir sus penas? ¿Quizás deberían abominar de un comportamiento incívico, insolidario e irresponsable e instar a erradicar tales prácticas? Las molestias han disminuido, que no desaparecido, y ojalá que estas sentencias sirvan para que todos los implicados adopten las medidas necesarias para que no vuelva a suceder.