Hay un arte que sabe y otro que viste: la cocina y la moda --si no un arte para algunos, sí al menos una creación artística--. Una iniciativa privada ha querido fusionar ambas facetas creativas emparejando a diez de los mejores cocineros de España con otros tantos diseñadores de moda para confeccionar platos y vestidos basados unos en otros.

Toño Pérez, el cocinero cacereño de referencia en Extremadura, fue uno de los invitados a la experiencia, a la que también asistieron, por el lado de los fogones: Juan Mari Arzak, Sergi Arola, Pedro Subijana, Ferrán Adriá o Martín Berasategui, entre otros. Los nombres de la moda: Victorio & Luccino, Agatha Ruiz de la Prada, Miriam Ocáriz, Lydia Delgado, Jesús del Pozo o David Delfín.

Cinco restauradores idearon una receta y confeccionaron un plato a partir de una prenda de vestir de los diseñadores y, al contrario, cinco modistos crearon un diseño inspirado en un plato de cocina. La idea: "Dos necesidades vitales como el comer y el vestir, elevadas a la categoría de arte a través de la sensibilidad de los profesionales de la cocina y el diseño", dice textualmente la promotora de la iniciativa.

"La experiencia fue religiosa", valora Toño Pérez, aunque a él no le guste calificar la cocina como un arte. "El arte --afirma-- es un concepto, tiene un mensaje, la cocina o la moda intenta dar algo que guste". El cocinero cacereño realizó un Bogavante con velo de panceta ibérica y ajada de pimentón dulce a partir de un diseño de los sevillanos Victorio & Luccino, a los que ya conocía de su visita a Cáceres cuando recibieron la medalla de Bellas Artes.

La iniciativa, que se realizó el pasado 9 de diciembre en el museo Chillida-Leku (Hernani, Guipúzcoa), viajará próximamente a Francia, Italia, Estados Unidos y Japón, según las previsiones de los organizadores. La idea es promocionar la cocina y la moda españolas.