Aunque el rodaje de su vida tenga como escenario la capital cacereña, lo cierto es que la Hernán Cortés no transcurrió en Cáceres pero conserva nexos. El primero pasa por la figura de Juan Cano Saavedra, uno de los soldados que le acompañó en su expedición. El capitán regresó de la conquista de Méjico y se casó posteriormente con Tecuichpo Ixcaxóchitzin, conocida como Isabel de Moctezuma. Con ella tuvo cinco hijos. Precisamente, al hilo de la descendencia, los historiadores aseguran que dio a luz a una hija del propio Hernán Cortés pero que la rechazó. En la capital cacereña se conserva el legado de este enlace en el palacio de los Toledo-Moctezuma, la actual sede del archivo provincial ubicada en la plaza del Conde de Canilleros. Otro de los hilos, quizá el más icónico para los cacereños, es la escultura a escala que luce al inicio de la plaza Hernán Cortés, antes conocida como plaza del Alférez Provisional y ahora coloquialmente como El Caballo. Fue inaugurada el 27 de junio de 1986 y el diseño es una obra póstuma del escultor Enrique Pérez Comendador que se elaboró en el taller de Eduardo Capa. Costó diez millones. En 2010 sufrió un acto vandálico y apareció con pintadas. Una última escultura que también une a la ciudad con Méjico se erige a Moctezuma, el rey poeta y luce en el barrio con el mismo nombre. Esta pieza, conocida como El indio, está elaborada por el escultor mejicano Humberto Peraza y se inauguró en 1991, en las vísperas del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos. GEMA GUERRA