Seis o siete meses. Ese es el plazo que el subdelegado del Gobierno, como presidente de la Fundación Fernando Valhondo Calaff, considera necesario para que pueda empezar a funcionar el aeródromo privado que se construirá en una finca propiedad de esta fundación situada junto a Malpartida de Cáceres.

Los promotores --Valhondo Calaff y Cáceres Capital-- han entregado hace apenas una semana toda la documentación requerida en las oficinas de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), dependiente del Ministerio de Fomento, por lo que se confía que en breve tendrán ya la concesión del permiso definitivo de construcción.

Como los siguientes trámites, relativos a la construcción, financiación..., serán ya competencia del nuevo subdelegado del Gobierno, en calidad de presidente de la Fundación Valhondo, Solís trató de eludir dar plazos, pero ante las preguntas de los periodistas aseguró que si él siguiera al frente de la Subdelegación de Gobierno "me comprometería en este mismo momento a poner en marcha las instalaciones en 6 o 7 meses".

Y ello porque según indicó, insistiendo, eso sí, en que se trata de un asunto que ya no es de su competencia, porque aunque las previsiones sobre el presupuesto necesario para la construcción del aeródromo apuntan a una inversión total de 2 millones de euros, el subdelegado estima que solo sería necesario aportar inicialmente un millón para su apertura. Es decir, que con el millón de que ya se dispone sería suficiente, inicialmente, para dotarlo de lo necesario para empezar a funcionar.

"Ya hay aeródromos similares al proyectado aquí que funcionan con pistas de tierra, por lo que con una pista provisional de tierra, una cafetería y algún hangar se podría empezar a funcionar, como digo en seis o siete meses, y posteriormente buscar el millón de euros restante para ejecutar el proyecto en su totalidad". También hizo constar en este aspecto que la Fundación Valhondo estaría en disposición de solicitar un préstamo, para asumir una inversión superior al millón inicial, gracias al patrimonio que atesora, en inmuebles y fincas rústicas.

Con todo, Fernando Solís estimó que este futuro aeródromo, que estará situado en la finca Marradas y Cintado, en la confluencia de las carreteras N-521 y A-66, "puede aportar mucho a la ciudad", aportar "grandes posibilidades" en materias como, por ejemplo, el turismo, la gastronomía o la caza, y por ello mostró su confianza en que el proyecto "se ejecute rápidamente".