Para Miguel Angel Domínguez Muriel la fecha del 28 de mayo del 2000 estará siempre presente. Fue el día en que, con tan sólo 26 años, le diagnosticaron su esclerosis múltiple, una enfermedad que sabe le acompañará ya de por vida.

Asegura que ha aceptado su enfermedad, "porque soy consciente de que viviré siempre con ella", y ahora lo único que desea es poder encontrar un trabajo "para sentir que soy útil".

Miguel Angel es chapista, pero su dolencia le impide desempeñar esta tarea, como así se lo ha reconocido la Seguridad Social, que le ha dado la incapacidad total para trabajar de chapista y una pensión de 312,53 euros.

Ante esta realidad, este joven cacereño alza la voz para hacer ver a todos que su incapacidad le impide trabajar en su profesión, pero no desempeñar otros trabajos que requieran menos esfuerzo.

"El problema es que aunque me salen trabajos, cuando saben de mi enfermedad se echan para atrás, por eso mi única esperanza es conseguir que me den el grado de minusvalía necesario para acceder a puestos que, por ejemplo las instituciones, tienen para minusválidos".

Miguel Angel no entiende que le hayan dado una incapacidad total y, sin embargo, no le den la minusvalía. Insiste en que lo único que quiere es poder trabajar, y asegura que si pide que le den la minusvalía "no es para vivir del cuento, sino para poder encontrar un trabajo, porque tengo 28 años, me caso en agosto y necesito trabajar, además de para vivir, para sentirme vivo".