No es que los pisos vayan a esta tirados de precio por culpa de la crisis, pero sí la difícil situación que atraviesa el sector empieza a ser perceptible. El exceso de viviendas en venta en el mercado y la tardanza en venderse --una media de 19 meses-- está llevando a "un amplio porcentaje" de vendedores a admitir rebajas en el precio inicial y aceptan negociar entre el 10 y el 15% del valor inicial de la vivienda, algo que hasta hace un año era casi impensable.

Mientras los precios de venta bajan, los de los alquileres suben y, según Marroquín, lo harán más a lo largo de este año. La mayor demanda de esta opción supondrá consecuentemente el "encarecimiento" de las rentas.