Susana recordaba que cuando era pequeña iba a merendar al Cerro de los Pinos con sus amigas "y daba gusto, estaba lleno de árboles. Ahora, da pena".

Para poner remedio a esta situación ayer no dudó en responder a la llamada de la Asociación Socio-Cultural Aldea Moret y, zacho en mano y acompañada de su hijo José, de cinco años, se sumó a las tareas de reforestación de la zona.

Como ella, alrededor de medio centenar de personas, acudieron a plantar pinos piñoneros, coscojas, encinas, charnecas y acebuches, cedidos por la Junta y traídos de Holguera. Había hasta 600 plantas autóctonas, aunque algunas se reservaron para que los alumnos del colegio Gabriel y Galán, que colaboró en la actividad, los planten esta semana en el centro.

Ana había olvidado sus guantes, pero llenarse las manos de tierra o hacerse algún corte era lo que menos le preocupaba. "Es una pena que esto se pierda porque es el pulmón que tiene Aldea Moret ", comentaba. También Isabel, Isaac, Sheila, Mónica y Fernanda mostraban su ilusión por ver al cerro "como antes".

Juan Jesús Tato, miembro de la asociación, pidió la colaboración del ayuntamiento para crear un parque periurbano y salvar al cerro del fuego y del abandono. "Esto no es un acto simbólico, es el primer paso para ese parque", aseguró.