La sardina trujillana se encuentra muy enferma por lo que creen que le quedan pocos días de vida. De ahí que muchos de los vecinos estén ya organizando su funeral, previsto para el próximo martes, a partir de las 19.30 horas. La Asociación Cultural Entierro de la Sardina, compuesta por diez mujeres, ultima los preparativos del acontecimiento con la elaboración de 120 litros de chocolate, 1.500 pestiños y 150 kilos de sardinas que se repartirán entre todos los asistentes, en la plaza Mayor. Además, desde la asociación se invita a los trujillanos a asistir disfrazados de dolientes y viudas, ya que como novedad se premiará con 100 euros al grupo más numeroso que acude caracterizado, al mejor disfraz de pareja con una cena valorada en 40 euros, y al mejor doliente individual con un lote de productos ibéricos.

Se trata de la segunda edición de este entierro, después de que la tradición se perdiera hace más de 20 años. Ya el año pasado la aceptación fue bastante buena, por lo que han decidido repetir. Eso sí, sacar adelante el festejo no es fácil «sobre todo en lo económico», asegura Noelia Ávila, presidenta del colectivo. Y es que no cuentas con subvención municipal «ni tampoco pedimos a las empresas privadas dinero, solo productos con los que puedan colaborar», explica. En este caso, el colectivo de hosteleros de la plaza Mayor ha aportado el chocolate en polvo.

La comitiva partirá de la alberca y recorrerá las calles del casco antiguo hasta llegar a la plaza, donde estarán a pleno rendimiento dos grandes parrillas asando sardinas. En cuanto a la sardina difunta, es la misma del 2017, hecha de cartón y forrado con escamas brillantes, «pero con nuevos adornos y decoración para innovar algo», cuenta Ávila. Se espera que participe un centenar de personas, que portarán antorchas durante el recorrido.

PAELLA / Pero no es esta la única actividad que realizan durante el carnaval, ya que además de participar en el desfile de comparsas, también van a preparar una gran paella, que se repartirá el domingo antes de las capeas. Sin embargo, para seguir con su actividad durante todo el año están a la espera de que el ayuntamiento les ceda un local «ya que donde estamos no podemos seguir, y el año pasado nos dijeron que nos facilitarían uno, pero de momento no lo tenemos», dice.