Emilio Flor Jiménez trae al Festival de Teatro Clásico de Mérida ´Las Troyanas´, interpretada por el grupo de teatro Balbo. No es la primera vez que Balbo actúa en Mérida, ya que en mayo representó varias obras en el teatro romano, entre ellas la que se estrena esta noche en la Alcazaba.

--¿Qué significa para este grupo de teatro clásico actuar en el festival emeritense?

--Es una gran responsabilidad para nosotros y es de agradecer al director del festival la confianza que ha depositado en nosotros. Además, Balbo va a representar esta noche a los cerca de 300 grupos de teatro clásicos que existen. Esperamos no defraudar a nadie.

--¿Ha incluído algo especial en ´Las Troyanas´ que ya la pudimos ver en mayo?

--La obra teatral de ´Las Troyanas´ tiene una estructura fija, pero al ser de noche y en la Alcazaba se incluyen pequeñas modificaciones de carácter escenográfico. Además, como Balbo es un grupo que va cambiando constantemente sus actores, ya que son los alumnos del instituto, cada uno aporta a la obra su creatividad, pero lo que es la dramaturgia sigue ahí.

--¿Qué destacaría de esta versión del texto de Eurípides?

--Esta obra es un alegato en contra de la guerra y un canto a favor de la paz. Y dicho de la boca de jóvenes va a tener la fuerza de Eurípides. Pero lo más característico de Balbo es que nos centramos en la palabra y en trasmitir los textos clásicos a los jóvenes. Desde la primera escena tratamos de impactar para atraer la atención ellos.

--¿El final estará a la altura de esa explosión de dolor y llamas que narra Eurípides?

--Hemos intensificado el desplome del alma de la protagonista con el derrumbamiento de la ciudad de Troya por el fuego. Durante la obra Hécuba se muestra fuerte y segura de sí misma, pero el desplome de ésta representa el desplome de un pueblo y la desaparición de una cultura.