Si de algo podía presumir es de haber llevado de cabeza a medio niverso masculino. Además de muy guapa, era una gran seductora que protagonizó sonados romances con personajes de distinta índole, desde actores a empresarios, productores, escritores, poetas y algún científico.

Solo cuatro hombres la llevaron al altar. La primera de ellas, en 1957, el director Anthony Mann, 30 años mayor. Contrajeron matrimonio dos veces, la primera en articulo mortis y la segunda, por lo civil después de que él se recuperara. La pareja se separó en 1963 y, un año después, se casó con el empresario José Vicente Ramírez, con quien estuvo unos meses.

El gran amor de su vida fue el empresario mallorquín Pepe Tous, con el que se casó en 1979 tras convivir durante nueve años. Con él adoptó a Thais y Zeus. "Pepe dio serenidad a mi vida", aseguró.

En octubre del 2002 volvió a escenificar una boda; aquello, más que un enlace, fue un montaje. Sara se casó con Tony Hernández, de 39 años, un cubano de dudosa reputación con el que montó una exclusiva para ¡Hola! . La rocambolesca historia acabó como el rosario de la aurora.

Aunque el último amor que se le conoció fue el actor italiano Giancarlo Viola, en su lista de conquistas figuran nombres muy conocidos. León Felipe es uno de ellos. Según se ha publicado, el poeta le dedicó estas palabras: "No te tenías que llamar Sara. Tu nombre debería ser libertad". También vivió una relación "puramente sexual", como ella la definió, con Ernest Hemingway, que le inculcó su pasión por los habanos. Y se enamoró de otro escritor, Miguel Mihura. Gary Cooper se quedó prendado de Montiel y tonteó con Burt Lancaster y Marlon Brando. Con James Dean vivió un romance de película.

Aunque, sin duda, su romance más sonado fue el que mantuvo con el científico Severo Ochoa. La actriz mantuvo oculta la relación durante 40 años y la familia del nobel lo negó.