- Primera vez que actúa en Mérida, ¿Qué siente?

Primero es una ciudad que me encanta. Recuerdo que la primera vez que visité el teatro, de la mano de Jesús Cimarro, mi vista se fue hacia la zona del público y cuando giré a lo que es el escenario me entraron hasta ganas de llorar de la belleza. Fue un día también muy bonito y me impresionó mucho. A mí la historia me gusta mucho y empecé a imaginarme todo lo que pudo pasar allí. Como espectadora me parecen fascinantes las propuestas que se hacen aquí, porque encima se realizan específicamente para la grandeza del escenario, y me parece espectacular. Hay mucha emoción porque como espectadora pensaba: madre mía lo que debe ser estar ahí encima y ahora que me toca me entra pavor, pero tengo unas ganas inmensas de estar encima del escenario.

-En un año tan complicado, ¿pensaba que no llegaría este día?

Si, por supuesto. Sobre todo durante el confinamiento. Pero me gustaba tanto la obra y la idea de hacerlo en Mérida que me puse a estudiarlo y cuando finalmente nos confirmaron que sí que veníamos fue una alegría y a la vez un susto, un susto si no hubiese preparado como lo estuve haciendo.

-¿Qué nos puede contar de la obra?

Magüi hizo una revisión de Penélope como una heroína contemporánea, como una mujer de carne y hueso. Piensas en alguien que espera 20 años y lo imaginas como si estuviese sentada sin hacer nada y lo que hizo fue dar esa visión, primero como persona y después como mujer, y sobre todo que se la tachó como una de las más inteligentes de la época que la espera no es sentarse a verlas venir, es luchar por tener una voz que no se les permitía en ese momento a las mujeres, luchar por ser una mujer que estaba preparada para gobernar. En la obra vamos a ver la que todo tenemos en nuestro imaginario, sumisa, y luego vamos viendo su evolución, que aunque en el momento no lo expresase, hemos recuperado lo que quizás ella sintió internamente. Una mujer fortalecida en conocerse a sí misma. Es un homenaje a la Penélope de carne y hueso y no a la que llegó a nosotros.