Nick Broomfield reprime sus impulso amarillistas en esta crónica del complicado romance entre Leonard Cohen y Marianne Ihlen, la mujer que inspiró So long, Marianne. Otro rasgo del documentalista, su tendencia al protagonismo, tiene esta vez todo el sentido. Él mismo fue amante de Ihlen durante uno de los períodos en que el trovador canadiense y su paciente novia noruega no tuvieron contacto. Anteponer Marianne a Leonard en el título es un gesto significativo. El director inglés trata de arrojar nueva luz sobre Ihlen, quitarle el epíteto de musa y acercarnos a la realidad íntima de una mujer no tan conocida. JUAN MANUEL FREIRE