Odette Elina fue una superviviente. Sufrió la experiencia del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y poco después de su liberación por los rusos en 1945 escribió sobre sus nueve meses de reclusión, un tiempo en el que vio la muerte, la tortura, el asesinato, la humillación, la perversión.

Su testimonio, Ni flores ni coronas (que rescata la editorial extremeña Periférica), fue publicado en 1948 y se unió al de otros supervivientes de los campos (como Primo Levi, Imre Kestez, Robert Antelme, Jean Amery y Liana Millu). A algunos de ellos posiblemente la intensa experiencia que sufrieron los condujo al suicidio. Como mucha de la literatura sobre el holocausto, la de Elina es sobria, nada sentimental; por otra parte, nada revanchista: no juzga, no condena.

Deportados

Elina luchó durante su existencia contra el olvido de las matanzas nazis. Militó en asociaciones de deportados y fue secretaria francesa del Comité Internacional de Auschwitz entre 1957 y 1967.

Tuvo una vida larga (nació en París en 1910 y murió en 1991) y combativa (perteneció al Partido Comunista francés, al que legó todo sus bienes).

Nada que la diferenciara de millones de ciudadanos europeos que se vieron inmersos en las mismas circunstancias durante la Segunda Guerra Mundial: ante sus países ocupados optaron por combatir en movimientos de resistencia y fueron detenidos por los nazis y enviados a campos de concentración y exterminio.

A Elina la arrestó la Gestapo en 1944 mientras cumplía una misión para la Resistencia francesa. Poco después, y tras ser torturada, a principios de abril entró en Auschwitz-Birkenau, al sur de Polonia, el mayor centro de muerte levantado por los nazis. De allí no saldría hasta el 27 de enero de 1945.

El invierno

¿Qué ocurrió durante aquellos meses en que estuvo sometida al azar de la muerte, al capricho de sus vigilantes, que la golpearon, al rigor del invierno, al rechazo de sus próximos, presos como ella, que no tuvieron miramientos si de lo que se trataba era de un mendrugo de pan o de una prenda de abrigo?

"De las aproximadamente mil quinientas mujeres que formaban parte de nuestro convoy, solo noventa y nueve llegaron vivas al Campo", escribe Elina en el primer capítulo de esta obra. En pocas palabras, que bastan para crear un clima, para esbozar las gentes con las que se encontró, va evocando los hechos, las relaciones con otros presos y los carceleros, las situaciones extremas que conforman su relato.

Recuerda la orquesta de Auschwitz, las duchas del "rebaño de mujeres desnudas" , el hallazgo de un pañuelo, que se convertirá en un talismán y le acompañará hasta el final de su estancia en el campo, el sufrimiento del trabajo (doce kilómetros a pie hasta una llanura helada, donde cavan o transportan montones de tierra durante diez horas). Y las mujeres que conoció: Yvonne, Hella, Helene, Marie, Irene: muertas o cuyo destino final queda en suspenso porque no lo cuenta Elina.

Por enero de 1945, los alemanes, ante la inminencia del fin de la guerra, habían abandonado el campo.

Bajo los cuidados de Elina quedaron treinta o cuarenta niños, alguno tan "esmirriado", que ella misma deseaba que muriera. "Pero el infeliz moribundo se obstinaba en no morir", escribe. Olek, que le besaba, Marc, de dos meses, Anka, muerta a los 7 años... son algunos de ellos.

Comidos por cuervos

A treinta bajo cero, andrajosos, con la nieve colándose por los agujeros de los zapatos, los supervivientes avanzaban por sucesivos campos (el de los gitanos, otros ocupados por mujeres) del complejo Auschwitz-Birkenau a la espera de la liberación. Veían cadáveres tendidos, comidos por cuervos.

Finalmente, llegaron los soldados soviéticos. Pero, para Odette Elina, el horror no había terminado. Un penúltimo recuerdo: de regreso con agua en un cubo para dar de beber a los niños, un hombre cojo le salió al paso y le quitó el cubo. Como ella se resistió, él le golpeó con un bastón y le rompió la mano.

Poco después, ya libre, en una carreta conducida por ella misma, dejó el campo. "Para mí, --recuerda-- era el carro de la victoria sobre el campo de batalla".