Gracias a Tom Cruise, el mundo descubre cada día un nuevo rito de la Iglesia de la Cienciología, que en cuestión de partos no deja de sorprender. Por un lado, obliga a la madre a que el nacimiento sea silencioso y, por otro, sigue una práctica naturista: comerse la placenta (una ingestión que, gracias a su valor nutritivo, actúa de reconstituyente tras dar a luz).

Así lo ha hecho saber Cruise en este parto cienciológico por fascículos que vende desde que su prometida, la también actriz Katie Holmes, se quedó embarazada. "Me comeré la placenta y el cordón", afirma.