Eric Cantona, dios del fútbol y poseedor de todo un carácter, es una persona "humilde". Y "muy divertido". Así lo aseguró ayer Paul Laverty, guionista de Buscando a Eric , la amable película que inauguró fuera de concurso la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y en la que Cantona se interpreta a sí mismo haciendo una loa a la amistad. "Yo no soy un hombre. Soy Eric Cantona", afirma en el filme el exfutbolista, que en sus tiempos mozos estuvo sancionado sin jugar nueve meses por agredir a un hincha. Pero no. La exestrella del Manchester United no es ningún gruñón y "no se merece" la fama de malhumorado que tiene, según insistió Laverty.

Si nos fiamos de lo que aparece en la película --se estrena el 27 de noviembre-- Cantona debe ser un tipo genial. El exfutbolista francés reconvertido a actor (ha rodado ya unas 15 películas) se da vida a sí mismo en la cinta. Su figura se aparece, a modo de ensoñación, al verdadero protagonista, un hombre de mediana edad que está completamente destruido por su pasado y su presente y al que Cantona anima a coger las riendas de su vida.

Sin que sirva de precedente, esta vez el guionista Laverty y su otra mitad profesional, el director Ken Loach no presentan un filme discursivo sobre la opresión al obrero, la inmigración o las drogas. El dúo Laverty-Loach apuesta ahora por el optimismo y firma una cinta en la que el fútbol, como deporte, es simplemente una excusa para hablar de lo importante que es trabajar y vivir en equipo. Es decir, tener amigos de verdad, esas maravillosas personas a los que uno puede contar sus miserias.

Buscando a Eric habla "de la camaradería, de la seguridad en uno mismo y de la búsqueda de la dignidad personal", afirmó el actor Steve Evets, cuyo personaje es un cartero que tiene un pasado sentimental desastroso y dos hijos caídos en herencia que son tan golfos y vagos que asustan. Sin embargo, tiene amigos. Aleluya, algo bueno tenía que tener su asquerosa existencia. "No hay que avergonzarse cuando uno está mal y pide ayuda a las personas que tiene cerca", comentó el actor.

En la la gala inaugural el realizador Carlos Saura recogió su merecida Espiga de honor.