El coronavirus obligó a las editoriales a aplazar el lanzamiento de muchas apuestas reservadas para un mes de abril siempre muy potente con el Día del libro, que por el confinamiento fue virtual, con la gente en casa y las librerías cerradas. Con la reapertura de estas en la desescalada, las novedades vuelven a los estantes. Los editores han alterado programaciones, improvisado títulos ligados a la pandemia, pospuesto y primado unos libros sobre otros, alumbrando ahora una rentrée editorial inédita. A los títulos preDía del libro que siguen vivos se suma bajo estas líneas una guía de lo nuevo a tener en cuenta este raro verano.

OTRAS FRONTERAS

De Jostein Gaarder

a la época nazi

Junto a lo nuevo de Amélie Nothomb -Los nombres epicenos (Anagrama)- Jostein Gaarder -Simplemente perfecto (Siruela)- y del satírico David Sedaris -Calypso (Blackie Books)- destacan los poemas inéditos de la Nobel polaca Wislawa Szymborska, Canción negra (Nórdica), y el Goncourt de relato Estamos en el borde (Tránsito), de Caroline Lamarch. Sin olvidar los clásicos -Alba relanza El idiota de Dostoievski- la mirada al futuro de la noruega Maja Lunde, que en La novela del agua (AdN) alerta de la amenaza del cambio climático.

Tres autores investigan sus vínculos familiares aflorando la memoria de la época nazi: el escritor y cineasta francoargentino Santiago H. Amigorena indaga, en El gueto interior (Literatura Random House), en el sentimiento de culpa de su abuelo Vicente Rosenberg, judío que dejó Polonia en los años 20 y recibía las cartas de su madre desde el gueto de Varsovia; Bart van Es, en el premio Costa Book La niña del cuaderno (Duomo), en la historia de una niña judía que acogieron sus abuelos durante la ocupación alemana de Holanda; y Simon Stranger, en El libro de los nombres (Seix Barral), en la de un agente doble que asesinaba noruegos para los nazis.

CONTRA EL ABUSO

Mujeres que

se rebelan

Mujeres y acoso, desde dos perspectivas. La del abusador: en Esto es placer (Literatura Random House), Mary Gaitskill novela sobre un editor acusado de abuso sexual, y, a la vez que Woody Allen publica su polémica autobiografía, A propósito de nada (Alianza), su hijo Ronan Farrow vuelca en Depredadores (Roca) la investigación que le valió el premio Pulitzer denunciando el complot para ocultar los abusos de Harvey Weinstein. Y la de mujeres que se rebelan: la novela Las alegres (Tusquets), de Ginés Sánchez; Ellas hablan (Sexto Piso), donde Miriam Toews da voz a las sometidas y violadas en una comunidad menonita; y la autobiográfica Unorthodox (Lumen, en julio), que inspiró la serie de Netflix y donde Deborah Feldman narra su huida de una comunidad judía ultraortodoxa. También la italiana Anna Banti reivindica en Artemisia (Periférica) la vida de una pintora barroca violada con 17 años. Y dando voz a un diverso coro de 12 mujeres fuertes, Bernardine Evaristo ganó el Man Booker con Niña, mujer, otras (AdN).

EN LENGUA CASTELLANA

Dictaduras

de distintos pelajes

En torno a dos dictaduras en Sudamérica tratan las propuestas del argentino Martín Kohan -la de Videla es el telón de fondo de Confesión (Anagrama)- y su compatriota Rafael Argüello, quien en Ser rojo (Literatura Random House) reconstruye la historia de sus padres comunistas en el Chile de Allende. Y a la franquista mira Manuel Vicent en Ava en la noche (Alfaguara), novela sobre las noches de cine y glamur en la gris posguerra de los 60. Jon Bilbao opta por el wéstern crepuscular en Basilisco (Impedimenta).

GÉNERO NEGRO

Evasión en clave ‘noir’ garantizada

El género negro llega con pesos pesados: Petros Márkaris enfoca al terrorismo y los populismos en la nueva entrega del comisario Jaritos, La hora de los hipócritas (Tusquets), al tiempo que Jo Nesbo presenta en Sangre en la nieve (Roja&Negra) a un asesino a sueldo con el dilema de matar, o no, a la mujer de su jefe. Ven la luz el caso 29º, póstumo, del comisario Montalbano, Tirar del hilo (Salamandra), de Andrea Camilleri, y Mujeres que no perdonan (Planeta), de Camilla Läckberg. Los fantasmas vuelven a visitar al detective Charlie Parker en La mujer del bosque, de John Connolly (Tusquets), mientras el danés Jussi Adler-Olsen ambienta en Barcelona, donde vive parte del año, el 8º caso del Departamento Q, La víctima 2117 (Maeva).

La cosecha negra peninsular fructifica con Lorenzo Silva, que en El mal de Corcira (Destino) desvela la lucha contra ETA del guardia civil Bevilacqua; Carmen Mola, pseudónimo de una autoría desconocida, vuelve con La nena (Alfaguara) y Mikel Santiago, con El mentiroso (Ediciones B), ambientado en su País Vasco natal; Anna Carreras se fija en una desinhibida anciana en Halley 2042 (Llibres del Delicte), y Alberto Valle recorre una oscura Barcelona entre 1951 y 1991 en Soy la venganza de un hombre muerto (Alrevés). De postre, El rey perdido (RBA), donde Jeff Noon cambia la ciencia ficción por lo criminal, y El ángel de Múnich (Alfaguara), donde Fabiano Massimo especula con la muerte de la sobrina de Hitler.

SUPERVENTAS

Boyne, Dicker

y Suzanne Collins

John Boyne, que dio la campanada con El niño con el pijama de rayas, se atreve con una historia de abusos sexuales de la Iglesia irlandesa en Las huellas del silencio (Salamandra) y Suzanne Collins vuelve al mundo de su distópica saga Los juegos del hambre en Balada de pájaros cantores y serpientes (RBA). Tras el fenómeno de La verdad sobre el caso Harry Quebert, Joël Dicker viste de thriller el enredo amoroso de El enigma de la habitación 622 (Alfaguara).