"El próximo domingo se puede saber realmente si podemos estar arriba. La gente tiene que apoyarnos e ir al campo. Yo creo que sí tenemos un gran equipo, de muy buen nivel, y que podemos pelear por estar entre los cuatro primeros, aunque haya que ir despacito, partido a partido". Quien así habla es Aarón Fernández (1985, Tarragona), centrocampista del Cacereño, que hace un llamamiento para que el duelo ante el Cartagena (12.00 horas, Príncipe Felipe) sea una fiesta futbolística de primer nivel.

Llega el líder, pero este auténtico todoterreno, gladiador en mil batallas futbolísticas, sabe de lo que habla. "Esto está igualadísimo, claro que podemos ganarles". Once años consecutivos en la Segunda B dan para mucho. Su experiencia avala su discurso. Su historial no es, desde luego, el de un futbolista menor. Haberse criado en la cantera del Madrid y la del Atlético es un buen indicativo y su currículo como jugador, aunque haya sido en la tercera categoría del fútbol nacional (incluido el extremeño Cerro), no es desdeñable.

En más de una década en la categoría de bronce, apunta, "he estado en muy buenos equipos, con gente de calidad, pero éste es de los mejores, sin duda alguna. En cuestión de vestuario, de los tres mejores seguro", añade con contundencia, casi la misma que enseña su potente zurda, esa con la que ha conseguido dos goles, paradójicamente, cuando ha cambiado de posición: de interior izquierdo a medio centro, haciendo pareja con Checa.

"No había jugado ahí, pero la verdad es que me estoy encontrando muy bien", resalta el futbolista catalán, que ya había coincidido con Checa en el Atlético Baleares. Ambos están encantados de conocerse y de coincidir en esa demarcación clave en el campo. Y el domingo esperan repetir éxitos. Para Aaron hay una triple motivación para que el Cacereño se vea arropado: "la primera, tenemos que seguir con la racha y alcanzar los nueve partidos invictos; la segunda, volver a nuestro campo, que tenemos muchas ganas; y la tercera, viene el líder". Desde luego: no faltan argumentos. Aarón los recuerda, aunque él mismo y su compañeros saben que el clima ha cambiado. "Que sí, hombre, que van a estar con nosotros". Desde luego, palabra de Aarón, palabra de alguien que sabe que esto ya marcha.