La primera derrota de España en el Campeonato de Europa de balonmano significó su eliminación, al caer en la tercera jornada de la primera fase frente a Alemania por 27-31.

Las españolas empataron en sus dos compromisos precedentes ante las campeonas y subcampeonas del mundo, Rusia y Noruega, respectivamente. Sin embargo, fue el equipo germano el verdugo español, en un partido en el que las mujeres que dirige José Aldeguer no tuvieron la misma intensidad defensiva.

España continúa sin saber lo que es ganar en un Europeo. No lo consiguió en su primera comparecencia en 1998 y, en Dinamarca 2002 cosechó dos meritorios empates ante las representantes rusas y noruegas.

Alemania, sobre el papel un rival más accesible, supo deshilachar la defensa abierta 3-2-1 de las españolas, con una velocidad definitiva, que resultó letal para las aspiraciones de España.