Si no se lían la manta a la cabeza con los reglajes como sucedió en Mónaco, Ferrari se encuentra ante la oportunidad de brindarle a Fernando Alonso un coche para ganar el GP de Canadá. Y no parece que el equipo italiano vaya a cometer el mismo error. El Circuito Gilles Villeneuve, aunque semiurbano, poco tiene que ver con las calles de Montecarlo. La velocidad punta, la estabilidad en las frenadas y la consistencia en los cambios de dirección (así llaman en la F-1 a las chicanes) son fundamentales en el trazado canadiense y tres de las virtudes del F138 con el que Alonso marcó el mejor tiempo en los ensayos libres, incluso por delante de los Mercedes, imbatibles a una vuelta en las cuatro últimas carreras.

TEMOR A RED BULL Mark Webber y Sebastian Vettel, ambos con Red Bull, no disfrutaron del mejor equilibrio al acabar cuarto y séptimo, pero ya se sabe la capacidad que tienen los pilotos de Adrian Newey para rehacerse durante el fin de semana y encontrar los mejores reglajes para la calificación y la carrera, por lo que se barrunta una cerrada lucha por la victoria con los Lotus, los Mercedes (este no es un circuito que degrade mucho los neumáticos y eso les da más opciones) y, sobre todo, los Ferrari, favoritos en manos de Alonso, a pesar de que este es su circuito más negro. El asturiano solo ha ganado una vez (2006) y ha abandonado en cinco ocasiones. La lluvia, además puede propiciar una carrera difícil. "¿Que lloverá? Pues deberemos de estar preparados para todo y pilotar con la máxima concentración", propone como receta el bicampeón.