José Miguel Campos, despedido el lunes como entrenador del Mérida, se despidió ayer con la única compañía de un par de folios manuscritos por él, pero con el respaldo del que había sido su cuerpo técnico y su plantilla, presentes en la sala. Todos le aplaudieron cuando terminó de leer lo que llevaba preparado.

Campos comenzó dando las gracias al club por «confiar en mí para llevar a cabo este proyecto», pero con respecto a su destitución, reconocía que «la respeto por los malos resultados en estas siete jornadas, pero no la comparto». El exentrenador del Mérida comenzó a desgranar los hechos por los que entendía que no debía ser destituido, aunque reconocía sentirse «uno de los responsables, si no el mayor, de los resultados obtenidos».

En primer lugar hablaba del «cómo y en qué tiempo hemos confeccionado una plantilla con 18 jugadores nuevos con un necesario tiempo para trabajar y sacar el máximo rendimiento de ellos. Formada por solo 20 futbolistas en la que en la última semana se decidió dar una baja a un jugador para paliar las ausencias y las bajas por lesión en nuestra delantera, y equilibrar así el equipo, hecho que a día de hoy no se ha llevado a cabo». Esta circunstancia ha dado lugar que «más del 50% de los partidos los hemos tenido que jugar sin delantero, por las bajas y las sanciones, teniendo en cuenta que es un puesto vital en un engranaje de fútbol, teniendo que adaptar a otros jugadores».

Campos también explicaba la dureza del calendario que se había encontrado en estas primeras siete jornadas pues «nos hemos enfrentado a seis de los diez primeros clasificados».

Mejoría sin resultado

La mejoría en el juego del Mérida en las dos últimas jornadas frente a Cartagena y Marbella, también fue un hecho señalado por el entrenador, quien afirmaba que «el resultado de los dos últimos partidos no ha estado acorde con el esfuerzo y el rendimiento del equipo». Reconocía que se encontraba con «las fuerzas para revertir esta situación, sobre todo por mi experiencia en estos casos».

También se mostró convencido de que la situación va a cambiar en el equipo sobre todo «por el compromiso que me han demostrado los jugadores en estos últimos partidos». Se va «con al cabeza muy alta por haber sido fiel a mi modelo».

Campos tuvo palabras de agradecimiento especial hacia Daniel Martín y Pepe Martín, presidente y vicepresidente del Mérida respectivamente, por «la confianza depositada en mí desde el principio». También se acordó de la afición, «exigente, pero comprensiva y solidaria con el equipo».

También quiso destacar «la profesionalidad y disponibilidad» de las personas que han trabajado alrededor suyo, como Manuel Requena y Jorge Colás. No nombró al director deportivo, Bernardo Plaza, del que hizo alusión con un escueto: «hemos tenido una relación profesional, sin más».

En suma, entiende que «las exigencias al inicia eran muy altas y se nos han vuelto en contra» y se marcha con la sensación de que «el tiempo ha sido injusto. Me voy como un romano más», dijo. H