En otras épocas, en Cáceres se habría tenido el gatillo fácil con un americano que no rinde, como es el caso ahora de Carleton Scott. Hoy, en época de austeridad del club extremeño de la LEB Oro, toca aguantar con el norteamericano, que ha protagonizado el peor de los inicios posibles de competición.

El Cáceres Patrimonio de la Humanidad no cortará a Scott, al menos por el momento, como tampoco lo hizo la pasada campaña con Jelani McCoy en circunstancia parecida. Pesan mucho más los aspectos que desaconsejan una decisión drástica, empezando por los meramente económicos. El jugador tiene uno de los salarios más bajos de la plantilla, unos 30.000 dólares, pero su salida supondría empezar a descuadrar unas cuentas ya muy apuradas de por sí.

Pero no solo depende del dinero. Al fin y al cabo solamente han sido cuatro partidos y Gustavo Aranzana asegura seguir confiando en él. El entrenador ha estado muy encima del alero desde que empezó la preparación, consciente de que su adaptación al baloncesto europeo podría ser complicada.

LA PRETEMPORADA Lo más paradójico es que Scott, de unas condiciones físicas que nadie discute, empezó jugando bien. O muy bien. Este diario llegó a publicar un reportaje en el que se le calificaba de "huracán tejano". En pretemporada protagonizó un portentoso partido ante el Palencia (41 de valoración) y también fue decisivo en el tramo final ante el Real Madrid con un par de acciones espectaculares. Pero ha sido empezar la competición oficial y diluirse en malos tiros, descoordinación en los sistemas con el resto de sus compañeros y una tristeza que no se esfuerza en disimular.

Mirar las estadísticas del exjugador de la universidad de Notre Dame da pánico. En los cuatro encuentros (18 minutos de promedio) ha anotado también cuatro puntos, con un acierto pírrico en tiros de dos puntos (1/8, 12,5%), nulo en triples (0/5) y flojo en libres (2/4, 50%). Sí está cumpliendo en el rebote (3,3). Tiene otro triste consuelo: no es el peor americano de la LEB Oro, al menos en cuanto a valoración. Sus 2,3 son mejores que el -0,3 de Brad Reese (Huesca). No es raro que el Cáceres piense que solo puede ir a mejor.