España ya conoce el camino que lleva al podio del Mundial. Y no es un camino fácil precisamente. Los últimos partidos de la primera fase confirmaron ayer lo que muchos temían. Serbia y Montenegro será el primer rival en los cruces de octavos de final, complicando así un calendario que debería empezar sin tanta trascendencia. Con Nigeria, por ejemplo, en lugar de los vigentes campeones del mundo. El partido ya tiene fecha y hora: mañana, sábado, a la una del mediodía en España. La primera posición del Grupo B no le ha servido de mucho a la selección. Al menos, en el cruce inicial, aunque con ella evitará medirse con EEUU antes de la final.

"Es un rival más fuerte de lo que nos esperábamos para ser en octavos. Pero, bueno, si han acabado cuartos será por algo. Si nosotros jugamos a tope, como sabemos, no me preocupa nadie", reconoció ayer Pau Gasol, más molesto ayer con la organización porque hizo viajar al equipo de Hiroshima a Tokio a las cuatro de la madrugada que por el emparejamiento de la selección. "Nosotros llevamos una racha muy buena y, sea cual sea el rival, hay que ganar. Estos son los octavos de final. Cada partido es vital y si lo pierdes, te envía a casa. Y por mi cabeza no pasa la idea de irme a casa", explicó.

ANALISIS POSITIVO Pocos en el vestuario encajaron el cruce sin torcer el gesto, a excepción del base canario Sergio Rodríguez --"si queremos la medalla, tenemos que ganarles a todos", dijo--, pero la mayoría intentó buscarle la parte positiva, empezando por el propio seleccionador español, Pepu Hernández. "Ya sabíamos que en octavos iba a haber complicaciones, pero es mejor enfrentarse a Serbia que a un equipo como Nigeria o como Líbano. Prefiero un baloncesto más conocido. En cualquier caso, tenemos un respeto enorme por todos", aseguró.

Hernández considera que el hecho de haberle ganado dos amistosos a Serbia, con diferencias de 20 puntos. "Creo que conocemos cuáles son sus fuerzas y también conocemos sus flaquezas", dijo el técnico, que considera que dos de las claves serán el dominio del rebote y el ritmo de juego. "Es una confrontación de dos estilos y espero que prevalezca el nuestro".