La penúltima etapa de la 87 edición del Giro de Italia, ganada por Stefano Garzelli y en la que Damiano Cunego consolidó su liderato, volvió a ser un recital de los corredores italianos. El ganador de la etapa se sacaba así la espina de su discreta actuación en la carrera y el joven Cunego ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad al ser el virtual ganador de la prueba, que hoy llega a Milán.

ETAPA DURA La jornada dejó las cosas como estaban, pues los 122 kilómetros, entre las ciudades de Bormio y Presolana, con los legendarios altos del Mortirolo, Vivione y Presolana a pocos kilómetros de la línea de meta no sirvieron para que Cunego perdiera el jersey rosa de líder.

La jornada se la llevó Garzelli, ganador del Giro en la edición del año 2000 y subcampeón el pasado año, en 3 horas, 52 minutos y 16 segundos; a dos segundos llegaba su compatriota Gilberto Simoni, que defendía el título del pasado año e intentaba lograr su tercer entorchado, pues también fue el primero en la campaña 2001.