3-Diocesano: Miguel, Manu, Kerkich, Ginés, Patxi Dávila (Fran, min. 85), Javi González (Tete, min. 85), Mancha, Jorge Rastrojo, Fran Cano (Monte, min. 78), Luismi Cruz (Víctor Felip, min. 68) y Víctor Díaz (min. 78, Alberto).

0-Miajadas: Rosiña, Lolo (Tena, min. 85), Mané, Álex Jiménez, Charly (Isma, min. 76), Ramiro (Juanlu, min. 73), Jaime Cañamero, Gabri (Cristian, min. 46), Mati, Edu Salles y Jesús Búrdalo (Álex Cañero, min. 46).

Goles: 1-0 m. 16, Javi González; 2-0 m. 84, Javi González (penalti); 3-0 m. 87, Jorge Rastrojo.

Árbitro: Víctor Manuel Broncano Suárez amonestó a los visitantes Jesús Búrdalo, Tena, Gabri, Charly, Ramiro, Juanlu, Rosiña y Mane.

Incidencias: 150 espectadores en el Manuel Sánchez Delgado. Por restricciones de aforo solo tuvieron acceso los socios locales. En la grada, el alcalde de Cáceres, Luis Salaya.

El Diocesano no para de crecer a base de victorias. Cuatro de cuatro, esta vez ante el Miajadas (3-0), en un partido en el que los colegiales se transformaron en maestros y mostraron una insólita madurez para controlar todas las facetas del juego.

A diferencia de los anteriores, no fue un partido abierto. Todo lo contrario. El fútbol control que caracteriza al Miajadas, lo tornararon a su favor los de Adolfo Senso para sumarlo a las numerosas armas que ya han mostrado en partidos con más espacios. Incluso pudieron anotarse un resultado más abultado de no ser por la actuación de un inspirado Rosiña. Y todo ello, sin conceder una sola ocasión clara de gol al Miajadas, que se vio superado en todas las parcelas del terreno de juego. Valgan como dato las ocho tarjetas amarillas que vieron los visitantes por ninguna los locales.

Con las importantes bajas de Matheus, Juanjo Neiva y Rubén Pezón, llegaba un Miajadas invicto que solo había encajado un gol. En el arranque conseguían los visitantes llevar el partido a su terreno de fútbol intenso y controlado. Pero los colegiales se adaptaron rápido y avisaron de sus intenciones con un balón largo para la cabalgada de Víctor Díaz, que no acertó con el disparo.

De inmediato, la jugada del partido. Internada de Patxi Dávila por banda izquierda, pase al área para Luismi Cruz, que, con dos regates primorosos en una baldosa, se deshizo de dos rivales y asistió a Javi González que definió a la perfección. La entrada del partido estaba amortizada.

El guión con el equipo de Adolfo Senso por delante en el marcador parecía repetirse. Pero el Miajadas, conocedor de que generar espacios es un suicidio contra los colegiales, no tomaba demasiados riesgos, lo que limitaba las opciones visitantes al juego de estrategia. En una de ellas, Jesús Búrdalo remataba alto.

GRAN ROSIÑA / Adelantaba la presión el Diocesano y ello daba sus frutos en forma de robos en la zona de creación del Miajadas. Rosiña se encargaba de sacar, una tras otra, manos providenciales para mantener a su equipo con opciones. Mancha, tras pared con Víctor Díaz y Fran Cano a pase de Javi González, vieron como el portero miajadeño les ganaba la partida.

Trataba de salir de la encrucijada Aitor Bidaurrázaga con la inclusión de Cristian y Álex Cañero en el descanso, en lo que parecía un intento de dar de su propia medicina al Diocesano, y aunque las internadas de Cañero por la banda izquierda fueron lo más destacado del Miajadas en ataque, resultaban infructuosas por el impecable trabajo defensivo y de repliegue del que hicieron gala los colegiales.

Dos pases filtrados de Rastrojo y Fran Cano hacia Víctor Díaz eran respondidos con sendas paradas de Rosiña. En el rechace de la segunda, Luismi Cruz estuvo a punto de repetir la prodigiosa jugada del primer gol, pero perdió el balón en última instancia.

Caminaba el Miajadas irremediablemente hacia un adelanto de líneas funesto, que acabó de diseñar Adolfo Senso con el recambio de sus hombres de ataque. Alberto avisó al ganar la espalda de la defensa, pero la definición, precipitada, no fue acertada. Se desquitó el delantero de inmediato, al caer derribado dentro del área por Rosiña, tras aprovechar un balón que, confiado, dejó pasar Álex Jiménez. La pena máxima la transformó, impecable, Javi González. La puntilla la ponía Jorge Rastrojo con un gol que ya es marca de la casa. Pared con Tete, avance en solitario pleno de potencia y definición impecable a la escuadra. Tremendo.

Victoria sin paliativos de un Diocesano que, a la calidad, velocidad y desparpajo de sus futbolistas, suma también el sacrificio, la solidaridad y el control del tempo de los partidos. Y todo ello, junto, le convierten en un equipo muy difícil de batir.