El 27 de marzo del año 2011, el Diocesano ganaba con anterior en el campo del Nueva Ciudad, en Mérida, por 0-2. Ello equivalía a un histórico ascenso a lo más alto. Y aquello se celebró por todo lo alto. Lo que vino después han sido ocho años ininterrumpidos en la élite del fútbol juvenil, para disfrute general.

Hoy, a partir de las 11.00 en el escenario de Pinilla, está en evidente peligro de fin de ciclo el club colegial. Es una última jornada capital y, lo que resulta más emocionante a priori, es que hay difícil pronóstico. Todo puede ocurrir. Sonrisas o lágrimas.

En los cacereños su emblema, su referencia, el equipo que le ha dado prestigio nacional, se juega seguir en el grupo IV de la División de Honor. Nada más. Nada menos. De ahí el desafío, aunque en realidad no depende de sí mismo para alcanzar el éxito. Tiene que ganar al Almendralejo, colista y ya descendido, y esperar a que se den ciertos resultados para continuar arriba una temporada más, que sería la novena.

El proyecto rojillo tiene su fecha clave en la matinal del Manuel Sánchez, con entrada gratuita para todo aquel que llegue con predisposición de aportar su granito de arena desde la grada. El llamamiento del club que preside Alfonso Abreu a sus incondicionales ha sido una constante durante las últimas semanas. Para esta ocasión, mucho más, una vez salvado el partido de hace dos semanas ante el Majadahonda.

Sin embargo, la derrota del pasado fin de semana ante el Rayo Vallecano y otros resultados, que en absoluto han acompañado, han teñido de incertidumbre el futuro, especialmente porque no se depende de sí mismo.

Mientras tanto, el otro equipo extremeño, el Extremadura, quinto en la tabla tras una sensacional campaña, cierra la liga ante el Rayo Majadahonda. Sería muy prolijo sintetizar posibilidades, pero los choque en los que los cacereños se la juegan, además de su propio encuentro, serán, todos ellos desde las 11.00, el Leganés-Unión Adarve, el Getafe-La Amistad, el Santa Marta-Alcorcón y el Aravaca-Atlético de Madrid, en estos dos últimos con una evidente ‘quiniela’ favorecedora a los locales desde el punto de vista del Diocesano.