CELTA 1: Pablo Cavallero, Velasco, Fernando Cáceres, Contreras, Sylvinho, Peter Luccin, José Ignacio (Jandro m.78), Jesuli (Vagner m.66), Mostovoi, Edu y Savo Milosevic (Catanha m.66).

MURCIA 1: Sánchez Broto, Juanma, Cuadrado, Pedro Largo, Roteta, Acciari, Maciel, Roberto (Quintana m.68), Michel (Loeschbor m.89), Luis García y Richi (Fredi m.68).

GOLES: 1-0 (m.31) Milosevic; 1-1 (m.74) Luis García, de penalti.

ARBITRO: Turienzo Alvarez (Comité Castellano-Leonés). Amonestó con tarjeta amarilla a los jugadores Cuadrado, Roteta y Maciel del equipo murciano.

El Celta pagó la carga psicológica que sufrió en la previa de la Liga de Campeones y se plantó en Balaídos como un equipo vulgar y sin recursos, lo que facilitó la tarea destructiva del Murcia.

Los aficionados rojillos no pueden aún ilusionarse por este resultado, porque en esta ocasión hasta un equipo de Tercera hubiera estado capacitado para poner en aprietos a un Celta desconocido y sin la menor idea de como superar a la defensa del conjunto adversario.

Ambos equipos destrozaron durante noventa minutos cualquier atisbo de fútbol. El despiste de los gallegos propició que el Murcia, más avispado, disfrutara de ciertas licencias que no causaron apuro por la falta de puntería de su delanteros.

Michel y Richi golpearon al balón como si fuera una sandía y por eso el Celta no lo pasó tan mal, incluso se colocó por delante en un libre directo botado por Sylvinho que Milosevic remachó a la red después de un ligero roce de su compañero Contreras.

SIN MEJORIA TRAS EL DESCANSO

En la segunda parte se esperaba la lógica corrección de errores por parte celeste pero no fue así. Los de Miguel Angel Lotina se dedicaron a proteger su gol confiando en la franca torpeza demostrada por los atacantes contrarios y en su experiencia en la categoría.

Un solitario disparo ajustado de Mostovoi fue lo único destacable por parte local antes de que Pablo Contreras la pifiara. El central chileno falló en el despeje y luego trabó al delantero rival con el consiguiente penalti en el que las tretas habituales del guardameta Cavallero no hicieron mella en el lanzador Luis García.

Los postreros intentos por parte céltica no cuajaron. Mostovoi no tuvo el tino de otras tardes y cuando el ruso no funciona, el resto del equipo acaba diluyéndose y, lo que es más importante, terminan por conceder demasiadas ventajas al conjunto riva.