Cero puntos de seis en juego. No, no es el mejor modo de empezar la liga para los equipos extremeños de Segunda División B. Pero no hay dramas ni en Cacereño ni en Arroyo, más allá del lógico enfado que conllevar perder la primera batalla. Ambos conjuntos están sacando conclusiones positivas de sus respectivas derrotas frente a Algeciras (2-3) y Balompédica Linense (1-0). Si el Campo de Gibraltar se le está atragantando a la política exterior española, otro tanto le ocurre a cacereños y arroyanos.

En el equipo verde preocupa la defensa. Es prácticamente imposible puntuar cuando se encajan tres goles en casa. Angel Marcos y su ayudante, Aitor Bidaurrázaga, le dan vueltas a una endeblez en la cobertura que ya se intuía en la pretemporada, cuando el CPC encajó goles en la mayor parte de los partidos.

Palero como lateral derecho, Gonzalo y Mejías de centrales y Pizarraya en la izquierda. Parecía la configuración atrás fija, pero es un cuarteto quizás sea reformulado en la visita del próximo sábado a Ecija (20.00 horas). Marcos no responsabiliza a nivel público a ningún jugador en concreto de los errores que costaron principalmente el 1-1 y el 1-2 del Algeciras, pero quiere trabajar esta semana mejor los automatismos en cuestiones como los balones aéreos.

Además, el club trabaja para obtener el pase internacional de Ismael Barragán, que, aunque ha llegado como mediocentro, también puede actuar en el centro de la defensa.

Por lo demás, el Cacereño está satisfecho del volumen ofensivo generado. A falta de tener un poco más de acierto de cara a la meta rival, la sensación en ese sentido es positiva. Especialmente agradó la incorporación en el segundo tiempo de José Ramón, que, tras ser una de las sensaciones de la pretemporada, ha llamado a las puertas de la titularidad por el peligro que creó. Otro tema más espinoso es el del traslado a El Cuartillo, que dejó insatisfechos a no pocos socios por cuestiones estructurales. El club pide paciencia para que poco a poco se vayan resolviendo. Hacía casi 23 años que no se disputaba allí un partido oficial de fútbol.

LAMENTO ARROYANO Por su parte, el Arroyo también vive una mezcla de dolor y tranquilidad tras caer en La Línea de la Concepción. Ayer, casi 48 después, su entrenador, Juan Marrero, aún rumiaba las causas de la derrota, sobre todo cómo se produjo el gol de la Balona.

"Es que fue un momento clave. Fue un error evitable que, de no haberse producido, seguramente estaríamos hablando de otra cosa. Fue justo cuando más atacabámos nosotros y se intuía que ellos tenían problemas físicos y lo iban a pasar mal. El gol les rearmó y nosotros ya no pudimos hacer nada", analiza el técnico valenciano.

El Arroyo tendrá un día más para preparar su siguiente choque, el domingo frente al Sanluqueño en el Municipal de La Luz (20.00 horas). Su entrenador tiene clara una cosa: "solamente con esfuerzo y trabajo no se pueden ganar los partidos. Competimos bien, pero hay que poner algo más". Y, por descontado, no quiere que las bajas, casi todas en la zona ofensiva, sean una excusa: "Los que jugaron el otro día son lo que tengo y con los que tengo que trabajar. Soy el máximo responsable de lo que ha sucedido".

EL PRECEDENTE La pasada temporada, tanto Arroyo como Cacereño sumaron en el debut: se enfrentaban entre ellos e igualaron (1-1). El tercer extremeño que había en el grupo IV, el Villanovense, perdió 5-0 en Jaén. Hace dos años, Sporting Villanueva y Badajoz empataron entre sí (1-1), lo mismo que el Cacereño ante el Roquetas (0-0), mientras que el Villanovense también fue goleado en El Ejido (4-1).